1.- Cuenta contigo para buscar al Señor. Dile con María: “Aquí estoy”.
“Hay que tener una heroica humildad para ser uno mismo y no otro” (Merton).
“Hay que tener una heroica humildad para ser uno mismo y no otro” (Merton).
2.- Escucha la Palabra.
“La Palabra de dios es la primera fuente de toda espiritualidad cristiana. Ella alimenta la relación personal con el Dios vivo” (Juan Pablo II).
“La Palabra de dios es la primera fuente de toda espiritualidad cristiana. Ella alimenta la relación personal con el Dios vivo” (Juan Pablo II).
3.- Pregúntate cuál es el proyecto de Dios en tu vida.
“No nos interesa tanto reformar las estructuras cuanto dar con las fuentes de la vida y dar con la experiencia de la gracia” (Prior de Taizé).
“No nos interesa tanto reformar las estructuras cuanto dar con las fuentes de la vida y dar con la experiencia de la gracia” (Prior de Taizé).
4.- Descubre y acepta tu pecado. Ábrete al Dios de la ternura y la misericordia.
“Lo que más me impresiona del Evangelio es el perdón. El hecho de perdonar puede cambiar el corazón de cada uno de nosotros, pues cuando perdonamos se aleja la dureza del corazón y se deja lugar a una bondad infinita” (Prior de Taizé).
“Lo que más me impresiona del Evangelio es el perdón. El hecho de perdonar puede cambiar el corazón de cada uno de nosotros, pues cuando perdonamos se aleja la dureza del corazón y se deja lugar a una bondad infinita” (Prior de Taizé).
5.- Pon los ojos en Jesús. Mientras puedas no estés sin tan buen amigo.
“Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir: es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero” (Teresa de Jesús).
“Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir: es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero” (Teresa de Jesús).
6.- Recuerda que estás llamado a la unión con Dios.
“Buscando mis amores, / iré por esos monte y riberas; / ni cogeré las flores, / ni temeré las fieras, / y pasaré los fuertes y fronteras” (Juan de la Cruz).
“Buscando mis amores, / iré por esos monte y riberas; / ni cogeré las flores, / ni temeré las fieras, / y pasaré los fuertes y fronteras” (Juan de la Cruz).
7.- Deja que te aliente y te fortalezca en todo momento el Espíritu Santo.
“Sin el Espíritu, Dios queda lejos, Cristo permanece en el pasado, el evangelio es letra muerta, la Iglesia es pura organización, la autoridad es tiranía, la misión es propaganda, la liturgia es simple recuerdo, y la vida cristiana una moral de esclavos” (Ignacio IV Hazim, patriarca de Antioquia).
“Sin el Espíritu, Dios queda lejos, Cristo permanece en el pasado, el evangelio es letra muerta, la Iglesia es pura organización, la autoridad es tiranía, la misión es propaganda, la liturgia es simple recuerdo, y la vida cristiana una moral de esclavos” (Ignacio IV Hazim, patriarca de Antioquia).
8.- Ora los contenidos de tu fe
“¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre, aunque es de noche!” (Juan de la Cruz).
“¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre, aunque es de noche!” (Juan de la Cruz).
9.- Recorre los caminos de tu esperanza.
“El provenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y razones para esperar” (GS 31).
“El provenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y razones para esperar” (GS 31).
10.- El Amor quiere ser amado.
“Haznos vivir nuestra vida, no como un juego de ajedrez en el que todo se calcula, no como un partido en el que todo es difícil, no como un teorema que nos rompe la cabeza, sino como una fiesta sin fin donde se renueva el encuentro contigo, como un baile, como una danza entre los brazos de tu gracia, con la música universal del amor” (Madeleine Delbrel).
“Haznos vivir nuestra vida, no como un juego de ajedrez en el que todo se calcula, no como un partido en el que todo es difícil, no como un teorema que nos rompe la cabeza, sino como una fiesta sin fin donde se renueva el encuentro contigo, como un baile, como una danza entre los brazos de tu gracia, con la música universal del amor” (Madeleine Delbrel).
AMËN
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