Fuente: www.iglesianavarrajoven.org
"La pobreza más humillante para la mujer, señaló, es la de ser víctima del tráfico, la de ser vendia o comprada para ser utilizada como mercancía", afirmó la religiosa, que es la responsable del sector de trata de mujeres en la Unión de Superioras mayores de Italia (USMI). "La trata de seres humanos, particularmente de mujeres y menores, se ha convertido en un auténtico negocio mundial que produce un volumen de negocios que llega hasta los ocho mil millones de dólares, según cálculos de la Organización Munidal de las Migraciones (OIM)". "La prostitución no es un fenómeno nuevo, lo que es nuevo es este comercio global y complejo, que abusa de la situación de pobreza de muchas mujeres inmigrantes, las nuevas esclavas del siglo XXI" añadió. Para la religiosa, esta realidad es un "gran desafío para la Iglesia misionera, en particular, para las congregaciones religiosas que tienen como carisma específico la atención a la mujer marginada". Para Bonetti, "los religiosos podrían formar a jóvenes e intentar contactar y "recuperar" a los clientes que también son "víctimas de un sistema de vida consumista". La religiosa recordó por último que los monasterios de clausura están implicados en la situación que sufren estas mujeres explotadas y explicó que apoyan con la oración, "así como con la ayuda fraterna, ofreciendo ayuda financiera a comunidades de acogida".
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