DÍA NOVENO DE
MARÍA, REFUGIO DE PECADORES.
«Se cuenta una historia horripilante a propósitos de los trabajos del célebre artista Leonardo de Vinci. Para su famosa obra “La última Cena”, tomó por modelo de Nuestro Señor, a un joven que cantaba en el coro de
Mientras trabajaban en el estudio, algo característico de los modales de aquel hombre indujo a Leonardo a preguntarle:
-¿Cómo se llama usted?
-Oh, usted me pintó ya otra vez –respondió-. Soy Pietro Bandinelli.
-¿Cómo? – le contestó Leonardo. - ¿Qué ha pasado para que yo no le reconociera?. – Leonardo lo comentó ya que le tuvo como modelo para pintar a Nuestro Señor Jesucristo hacía ya unos años.
¡Tan desfigurado estaba!.
El pecado mortal puede producir tristes cambios aún en la parte exterior del pecador. Pero esto es nada en comparación con el cambio horrendo que se produce en el alma».
Entre las muchas y bellas invocaciones de las Letanías Lauretanas está la de “refugio de los pecadores”. Y en la segunda parte del Ave María,
San Buenaventura nos dice: «Pobres pecadores que habéis naufragado desgraciadamente en el pecado, elevad vuestros suspiros y oraciones a María, que ella os conducirá al puerto de salvación». Y San Bernardo añade que nuestra buena Madre no aborrece a ningún pecador, aunque esté manchado con horribles pecados; basta que el desgraciado recurra a Ella, que ella no desdeñará de alargarle la mano para librarle de la perdición. En palabras de San Bernardo: «Tú no aborreces al pecador por afeado que esté; si acude a ti, tu lo sacas del abismo con piadosa mano».
Qué gran consuelo tiene que ser para nosotros saber que tenemos una Madre tan buena, tan misericordiosa, tan poderosa. Recurramos a Ella con confianza, con humildad, con amor; y ella ciertamente nos socorrerá.
Como dice Santo Tomás, María se llama estrella del mar, porque, como los navegantes se guían por los astros para llegar al puerto, así los cristianos son guiados al Paraíso por medio de María. Esta certeza de que nos protege nuestra Madre celestial con todo su poder, debe estimular nuestra esperanza y nuestra plena confianza en Ella. Así sea.
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