martes, 16 de marzo de 2010

Uno puede estar físicamente muy cerca de alguien, y a la vez estar muy lejos...

Domingo IV de Cuaresma, 14 de marzo de 2010

(Me tomo la libertad de publicar la homilía dialogada que realicé ayer con los niños en la Eucaristía dominical)
LECTURA DEL LIBRO DE JOSUÉ 5, 9a.10-12
SALMO 33
LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS 5, 17-21
EVANGELIO: LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 15- 1-3.11-32

Durante la vida siempre nos encontramos a personas que son como ángeles para nosotros, que velan, que nos cuidan con gran solicitud y dedicación. Y lo que les mueve a hacerlo es simplemente el amor, el deseo profundo de querer lo mejor para la otra persona. Ahora pregunto a los pequeños; vosotros ¿me podéis decir qué personas cuidan de vosotros?¿quiénes están a vuestro lado os dan cariño y os ayudan? (los padres, los hermanos, los abuelos, los profesores, los sacerdotes, los catequistas, los amigos...). Pues bien, Dios que es bueno y que quiere, nos hace llegar su amor a través de todas estas personas. A través de los gestos de cariño, a través de muchísimos detalles de amor que os dan todas estas personas... Dios se hace muy presente en vuestra vida.

Si os habéis dado cuenta, en la primera lectura, tomada del libro de Josué, Dios se nos revela como Alguien que nos cuida con gran ternura. El pueblo de Israel había sido rescatado por Dios de la dura esclavitud del faraón de Egipto. Dios los condujo por el desierto durante cuarenta años, Dios establece un pacto de amor con el pueblo judío (un Pacto que es roto, que no es respetado por el pueblo rebelde, pero Dios siempre mantiene el Pacto), fue cuando Dios entrega a Moisés las TABLAS DE LA LEY en el monte Sinaí; Dios les va protegiendo de múltiples maneras, y una de ellas es dando a Moisés la sabiduría para ir conduciendo al pueblo hacia la tierra prometida. Pero atención niños y niñas: Dios saca al pueblo judío de Egipto y el pueblo judío va caminando, va peregrinando durante cuarenta años por el desierto para llegar a la Tierra Prometida. Y la pregunta que os lanzo es la siguiente: En el desierto no hay comida ni tampoco agua... ¿Qué comían los israelitas? ¿qué bebían los israelitas? ¿quiénes les proporcionaba la comida y la bebida?. (Era Dios. Dios les proporcionaba el maná del Cielo, que era una especie de pan, otras veces fueron codornices...). Dios cuidaba con gran ternura al pueblo judío, incluso hizo crear un estandarte con la figura de una serpiente para que todos aquellos que eran mordidos por las serpientes venenosas quedaran sanos si ponían sus ojos en el estandarte con figura de serpiente. Tenemos, incluso a un Dios que hace de médico de medicina familia.

El caso es que pasaron los cuarenta años y, por fin llegaron a la Tierra Prometida. Construyen sus casas y cultivan sus campos. Y cuando el pueblo empieza a comer de los frutos que ellos mismos han recolectado, es entonces cuando Dios deja de enviarles el maná del Cielo, ya que ellos empiezan a comer de los que produjo la tierra de Canaán. ¿Os habéis dado cuenta cómo Dios se ha preocupado, ha cuidado, ha mimado al pueblo judío?.

En la segunda lectura el Apóstol San Pablo escribe a la comunidad de los cristianos de Corinto. San Pablo nos dice que Dios, que cuida de nosotros con gran esmero, nos envió a su único Hijo, Jesucristo, para traernos el perdón de Dios Padre. Una pregunta os hago: Cuándo con un compañero o una compañera os insultáis, o os pegáis, os ponéis muy enfadados... ¿os suele durar mucho el enfado?. Y cuando el enfado ya se os ha pasado ¿os cuesta pedir perdón?. (A todos nos cuesta pedir perdón, pero debemos perdonar y aceptar el perdón de los demás). San Pablo nos dice que somos CRIATURAS NUEVAS porque hemos conocido a Jesús. Cuando uno conoce a Jesús y desea ser su amigo, y vivir como Él y amar como Él, cuando uno experimenta todo esto, lo único que le importa es vivir en la presencia de Dios y amar como Él nos ama. Una pregunta pequeños: ¿En el corazón de un cristiano puede haber odio, resentimientos y rencores?. (claramente que no). ¿Os acordáis de una frase del Padre Nuestro que nos dice algo importante sobre el perdón y el perdonar? (Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden). Pues bien, Dios también cuida de nosotros dándonos su perdón. ¿Y en qué sacramento recibimos el perdón de Dios? (En el sacramento de la reconciliación o de la penitencia).

He empezado diciéndoos que Dios nos hace llegar su amor a través de todas aquellas personas que se preocupan por nosotros. Jesús, que era muy listo, sabía que tenía que decir cosas muy importantes a gente muy sencilla, y por eso, para que todo el mundo pudiera entender perfectamente sus palabras y el contenido de sus enseñanzas Él empleaba las parábolas, esta especie de cuentos. Y hoy nos ha contado la parábola, ¿qué parábola nos ha contado hoy Jesús? (la del Hijo Pródigo o la del Padre Bueno). Todos sabemos que el hijo menor hizo cosas que estaban muy mal: pedir la herencia a su padre antes de que él falleciera, malgastó toda su fortuna viviendo de una manera muy desordenada y llena de pecados. Pero hace una cosa muy buena: SE ARREPIENTE, RECONOCE SU PECADO Y REGRESA A LA CASA DEL PADRE.

Pero... ¿qué ha hecho de malo el hermano mayor?, ¿qué sucede con el hermano mayor?, ¿por qué le echa en cara a su padre el no haberle dado un cabrito para comerle con sus amigos? ¿por qué se enfada tanto el hermano mayor por celebrar una fiesta de recibimiento al hermano menor?. Yo os lo voy a explicar con un ejemplo. Vosotros, alguna vez, cuando el profesor o la profesora está en clase explicándoos algo estáis allí pero tenéis la mente, tenéis la cabeza y la imaginación en la inopia, en las musarañas, pensando en otras cosas... ¿habéis tenido alguna vez esta experiencia?: Uno está en clase, sentado en la silla y con el pupitre delante... pero con la imaginación dándose un viaje alrededor del mundo. Pues bien, el hermano mayor estaba con el padre, estaba en la casa con el padre, pero toda su cabeza y todo su corazón estaba muy lejos del padre, como pensando en las musarañas o en la inopia. El padre constantemente le estaba dando su amor, constantemente se estaba preocupando por él, PERO EL HERMANO MAYOR PASABA TOTALMENTE DEL PADRE. Se podría decir que aunque vivía bajo el mismo techo que su padre su corazón estaba muy lejos del corazón de su padre. Uno puede estar físicamente muy cerca de alguien, y a la vez estar muy lejos. Ahora bien, cuando el hermano menor se da cuenta de su terrible error es entonces cuando regresa y regresa para estar con el padre y estar al lado del corazón de su padre.

Dios desea que caminemos como cristiano, que nos alimentemos de la Eucaristía y que el Sagrario sea para nosotros como ese manantial del que debemos de saciar nuestra auténtica sed de ternura y de amor.

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