Estamos ya inmersos en el tiempo de cuaresma, un tiempo de conversión, para “cambiar” todo aquello que en nuestra vida se aleja del amor de Dios. Es un tiempo para prepararnos a acompañar a Jesús en los momentos cumbre de su pasión, su muerte y resurrección. Un tiempo para ordenar nuestra vida: ver qué es lo más importante, aquello que tenemos descuidado, tiempo de oración, de lectura de la Palabra, de acercarnos al que nos necesita,… Cada uno sabrá las cosas que ha de “ordenar” y cómo preparar su corazón para estar más cerca de Jesús y de los demás.
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