sábado, 7 de enero de 2012

El bautismo del Señor 2012

EL BAUTISMO DEL SEÑOR 2012

En tiempos de Jesús el bautismo era siempre una decisión personal, que suponía un propósito claro y público de conversión y de entrega absoluta al Señor. Lo que más podría parecerse al bautismo de niños que hacemos ahora los cristianos, salvando lógicas diferencias teológicas y culturales, era el rito de la circuncisión. Mediante la circuncisión los padres del niño querían dejar muy claro que su hijo comenzaba a formar parte y a ser miembro activo de la religión judía y del pueblo judío. Todos los niños judíos eran circuncidados, pero sólo algunos, libre y voluntariamente, se bautizaban cuando ya eran mayores. A Jesús de Nazaret, según los evangelios, sus padres le hicieron circuncidar a los ocho días de nacer, pero él no decidió bautizarse hasta los treinta años.

Los padres cristianos desean que sus hijos sean bautizados a muy temprana edad porque ellos desean que sus hijos también sean educados en la Iglesia, que conozcan a Jesús desde la más tierna infancia y que la fe sea para ellos un elemento imprescindible en su crecer como persona.

Muchos de aquellos niños son ahora jóvenes y nuestros jóvenes deben entender que cuando sus padres les bautizaron les hicieron miembros de la Iglesia Católica y partícipes de la plena gracia de Dios. Pero ahora, cuando ya son adultos, son ellos los que deben decidir si quieren vivir, o no, como personas bautizadas, es decir, llenas del Espíritu Santo. Esto deben expresarlo en el momento de la Confirmación. Pero no solamente deben de expresarlo en el momento de recibir el sacramento de la confirmación, sino que deben de practicar su fe, porque lo que no se practica se termina como ‘aletargando’. No sea que vaya a suceder lo que me pasó no hace mucho tiempo que mientras el transcurso de una conversación con una joven que se había confirmado hace unos años. La muchacha, sin malicia y con una gran espontaneidad me recriminó al decirme que los «curas no dejábamos de decir más que mentiras », «que todo era una falacia, un engaño». Como se pueden imaginar la mejor manera de poder salir de aquella encerrona es ‘quitar hierro al asunto’ con una broma chistosa. Sin embargo a mí me dolió porque me sentí impotente para darla a conocer a Jesucristo.

Esta muchacha al igual que muchos de los jóvenes han ‘cumplido’ con la ‘cartilla de sacramentos’ pero no han realizado esa opción personal por Jesucristo. Y lo que más pena me origina es que ellos ni siquiera se han encontrado con Jesucristo, no le han dado una oportunidad. Es que resulta que ir a las catequesis obligatorias para confirmarse o ir algún día a misa durante el año, eso no supone ningún tipo de opción por el Señor.

Si se quiere hacer una opción clara por el Señor Jesús lo primero que se ha de hacer es hacer una confesión pausada y seria de nuestros pecados ante el ministro que es el sacerdote. Lo segundo, pedir ayuda para plantearse una ‘hoja de ruta’ en la vida cristiana y como elementos imprescindible en dicha ‘hoja de ruta’ estén la Eucaristía dominical, la oración diaria y la lectura frecuente de la Palabra de Dios. Lo tercero es confiar plenamente en Dios pidiendo ayuda a aquellos que hemos sido consagrados por Dios para anunciar la Buena Noticia de la Salvación.

Lo único que deseamos los sacerdotes es conducir a todos nuestros feligreses ante la presencia de Dios y así puedan gozar de la eterna salvación.

No hay comentarios: