Testimonio de Karen
En la adolescencia si tu fe no es fuerte es fácil tomar caminos equivocados hasta que llega un momento en el que volteas y ya no alcanzas a ver más que tinieblas, miras de frente y ves lo mismo.
"Tenía 17 años cuando me alejé del camino de Dios hasta perderme. Amaba intensamente a ese chico, hasta el punto de hacer cualquier cosa por él, cuántas veces mis padres se desvelaron esperando mi llegada tardía a la casa, era joven y creí poder hacer todo por mi cuenta, inconsciente, irresponsable y grosera me volví, el "enemigo" supo bien por donde atacar y por ocho años viví sumergida en el pecado, en esos años mis objetivos fueron solo el trabajo, el dinero y la diversión mal sana, mi novio era una persona que mis padres jamás aceptaron -y ahora entiendo que fue con justa razón- esa persona era el centro de mi vida y quería vivir lo antes posible con él, así que hicimos -a pesar del desacuerdo de mis padres- los preparativos para casarnos, ¡aaaah! pero eso sí queríamos casarnos por la Iglesia Católica, pretendíamos que después de tanto mal que hicimos Dios nos diera la bendición sin estar arrepentidos de los daños y ofensas hechos a El y a nuestras familias.
Faltaba poco tiempo para la boda cuando tuve una discusión muy fuerte con mi prometido y me agredió física y verbalmente de una manera tan horrible que de verdad jamás alguien que te ama puede decir las palabras tan hirientes que él dijo esa noche, en ese momento es cuando toqué fondo, mi mente no podía entender lo sucedido, me sentí peor que nada, me desvanecí en un sofá arrepentida de haber ofendido a Dios con mis acciones, fue ahí cuando con una fe tan grande supliqué al Señor mi Dios no casarme con ese hombre, fuerza para poder romper ese compromiso, dejarlo y alejarme de la vida que llevaba hasta ese entonces. Dios que es grande y misericordioso se apiadó de mí y me perdonó.
Esa noche salí de ese lugar para no volver a regresar, mi vida cambió criatura nueva soy, no crean que fue fácil el darme cuenta que amé más a un hombre que a Dios y recordar el mandamiento "Amarás a Dios sobre todas las cosas", créanme nada ni nadie merece más amor que Dios. Mi fe me salvó de un infierno terrenal, no quiero volver a ofender a Dios, ha pasado casi año y medio de esa situación y cada día me siento más fortalecida por Dios, es un camino difícil pero vale la pena recorrerlo, cuando Dios está en nuestras vidas todo es mejor y más fácil de hacer y de llevar.
A las pocas semanas de mi encuentro con Dios me detectaron un virus posible a desarrollarse como cáncer pero gracias a una cirugía se eliminó de mi cuerpo y hoy gozo de mejor salud, me hicieron cirugía de mis ojos y recuperé el 98% de mi vista, tengo el amor y confianza de mi familia, se me han abierto oportunidades de desarrollo profesional, tengo muchos amigos que me quieren y lo más importante tengo paz en mi corazón. Asistí a "Talleres de Oración y Vida" y aprendí a comunicarme de diversas maneras con Dios, ahora experimento situaciones bellísimas que jamás antes viví, no he visto a Dios pero les aseguro que lo siento, sí, siento su presencia y a diario me dice de diferentes formas cuanto me ama. No teman alejarse del pecado, no será fácil pero con la ayuda de Dios saldremos victoriosos."
BENDITO Y ALABADO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR.
KaryFuente: www.jesustellama.com
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