Además,
siempre que uno viene con una queja contra otro, por lo que sea, tiene una
respuesta totalmente diferente de la que uno se puede llegar a esperar.
Respuestas como... «hay que rezar mucho por él; ayúdale haciendo una penitencia
para que él se convierte; amar a tu hermano al que no puedes ni tragar, te
ayudará a crecer en el amor cristiano»; y lo más significativo de todo esto es
que uno ve que eso que aconseja a los demás lo pone en práctica él mismo. ¿Donde
reside su ‘ser extraordinario’?
Personas
que, como todos, tendrán sus momentos altos y bajos y que siempre –aun en medio
del dolor- no pierden la paz como si algo distinto hubiesen descubierto que les
confía, les otorga una confianza no alcanzada por la mayoría de la gente.
¿Dónde reside ‘su ser extraordinario’?
Personas
que, ante lo que puedan ver en la televisión o en aquellos ambientes donde
estén se posicionan de modo muy distinto al resto de la gente; manifiestan un
criterio propio sólido y que poco o nada les importa el desentonar con el
resto. Que uno está en un grupal de un WhatsApp y uno de los integrantes
empieza a subir videos o comentarios soeces y de contenidos indecentes para
obtener la risa fácil del resto y esa persona no entra en ese juego. Esa
persona ‘le para los pies’ exigiendo que se le respete no colocándole
información que conducen al pecado. ¿Dónde reside su ‘ser extraordinario’?
Personas
que, ante las decisiones –ya sean trascendentes o irrelevantes- actúa siempre
en conciencia, buscando siempre la verdad y el bien común de todos en vez de
actuar atado a los afectos para no disgustar o enfadar a los que dicen ser
amigos suyos. ¿Dónde reside su ‘ser extraordinario’?
Matrimonios
jóvenes que, con sus 34 años tienen tres hijos y que tan pronto como se enteran
que van a tener a otro lo celebran por todo lo alto con gran alegría ante la
incomprensión e incluso la burla de aquellos que le rodean. ¿Dónde reside su
‘ser extraordinario’?
Universitarios
y universitarias a los que les regalan unas entradas para el megabotellón de
esa fiesta universitaria de Palencia llamada ITA, las cuales son muy escasas y
muy cotizadas –muchos se han llevado gran desazón al no conseguirlas- y ellos
rechazan esas entradas porque no quieren sentirse presionados por el ambiente a
beber y hacer lo que ellos saben que les daña en su ser. ¿Dónde reside su ‘ser
extraordinario’?
Su ser extraordinario reside en
el trato personal con Jesucristo.
Vivimos
una dura situación de enfriamiento religioso. No podemos sentirnos tranquilos
de conciencia sino buscamos con sinceridad lo que Dios desea de cada uno de
nosotros; a lo que no encuentro otra respuesta más que esta: Dios nos llama a
una vivencia intensa de fe con todas las consecuencias. No podemos dudar de la
fuerza del Evangelio ni de la actividad fecunda e intensa del Espíritu Santo. No
tenemos razones para desoír la llamada de Dios anclándonos en nuestras cómodas
rutinas. San Isidro Labrador, es de esas personas extraordinarias que Dios nos
regala, que supo vivir intensamente la fe. Pero no una fe de ‘boquita pequeña’,
sino una fe de confiar plenamente en la voluntad divina tal y como confía, con
alegría y serenidad, el niño recién nacido entre los brazos de su madre,
esperando y confiando todo de ella.
San Isidro Labrador, fruto
de ese trato tan personal con Jesucristo fue adquiriendo esa sabiduría
sobrenatural que iba manifestando en sus acciones y palabras ante sus
conciudadanos. No es preciso dar discursos; el trabajo callado, constante, el
silencio oportuno y la palabra acertada en su momento son las ocasiones
propicias para sacar a la luz esa riqueza que ha ido adquiriendo en ese trato
personal con el Señor.
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