IGLESIA CATÓLICA
Lunes, 15 de octubre de 2007
El arzobispo de Pamplona destaca la generosidad de los navarros
en misiones y solidaridad.
El domingo se celebra el Domingo Mundial de las Misiones (Domund), bajo el lema ' Dichosos los que creen' La Diócesis navarra celebra el próximo domingo, día 21 de octubre, el Domingo Mundial de las Misiones (Domund) bajo el lema ' Dichosos los que creen' . El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez, también director nacional de Obras Nacionales Pontificias, destacó de la generosidad de los navarros tanto en misiones como en solidaridad.
El objetivo del Domund es, entre otros, hacer un llamamiento al relevo generacional de los misioneros. En Navarra hay 1.300 misioneros en 64 países, con una media de edad de 65 años. El año pasado se registraron 50 bajas entre fallecimientos y enfermedades y se produjeron 15 altas.
El Domund pretende además colaborar económicamente con las misiones. El año pasado en la Comunidad foral se recaudaron 952.000 euros. En medicamentos, la Diócesis navarra aportó al tercer mundo 18 toneladas, valoradas en 5 millones de Euros; y en ropa, se enviaron prendas valoradas en 34.000 euros.
Según expuso Ángel Echauri, delegado navarro de Misiones,«los misioneros son la cara más bonita, auténtica y comprometida de la Iglesia; son los mejores mensajeros de paz, concordia y entendimiento entre los pueblos».
El arzobispo de Navarra, que recordó la figura de Francisco de Javier, consideró que los 1.300 misioneros navarros suponen una cifra «bastante alta» y recordó que los 20.000 misioneros españoles colocan a España como el segundo país con más personas dedicadas a esta labor, tras Estados Unidos.
A su juicio, la Iglesia vive un «momento esplendoroso» y «brilla fuertemente en el mundo». Señaló así que cada año se instauran entre 20 y 25 diócesis en el mundo.
Misioneros navarros
A la rueda de prensa asistieron dos misioneros navarros, que expusieron su experiencia. Así María Villar Sesma, misionera comboniana, natural de Corella, relató su trabajo en Egipto en los últimos 14 años. Antes estuvo en Perú durante once años. Desarrolla su labor en un pueblo de 20.000 habitantes del sur de Egipto, donde la población cristiana ronda las 400 personas, la ortodoxa las 800 y el resto es musulmana.
Según contó Sesma, trabajan en la Iglesia local y colaboran en educación y sanidad. Como enfermera, explicó que trabaja en un dispensario, que atiende a unas 150 personas diarias, principalmente mujeres y niños.
Por su parte, Iñigo Ilundáin relató su experiencia en Honduras, a través de Salesianos, y destacó la cantidad de gente joven que está comprometida con la ayuda a personas necesitadas. «Cada vez las cifras son mayores y más jóvenes se comprometen en conocer la misión», dijo, para añadir que su experiencia en Honduras «cambió su vida».
Explicó que colaboró en este país centroamericano en un proyecto en el que se involucra gente joven, voluntaria, «a la que ayudamos a ayudar». El pilar de esta iniciativa es el voluntariado y precisó que han ayudado a más de 8.000 niños a estudiar. Consideró un «orgullo» compartir esta labor con los misioneros.
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