jueves, 8 de diciembre de 2016

Homilía de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María 2016

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
DE LA VIRGEN MARÍA 2016
            Me encuentro con muchas personas que me dicen que Jesús de Nazaret fue alguien tan importante que supuso un cambio de mentalidad y del modo de entender las cosas. Que generaba esperanza y que ponía en 'jaque mate' en aquel tiempo a todos aquellos que oprimían al pueblo hebreo. Y que ahora, como son otros tiempos con otras circunstancias, ese proyecto que nos plantea el Señor, aun siendo bueno y digno de elogio, es imposible de llevarlo a cabo. Ese es el mensaje que nos lanza Satanás. La serpiente dice a la mujer que cómo les ha dicho Dios que no coman de ningún árbol del paraíso. Con otras palabras: el Demonio, en forma de serpiente, ya ha mordido a la mujer inyectando el veneno en su corriente sanguínea. Es cierto que la mujer le dijo que eso no era cierto. Que Dios les ha dicho que sólo no pueden comer de un árbol, del resto sin problema. Sin embargo ya Satanás les ha introducido la idea de que Dios no les deja actuar como ellos quieren, que es un Dios controlador y que quiere que los hombres hagan lo que Él les diga. Satanás que es el maestro de la mentira consigue su fin. Satanás nos dice: "mira, no te plantees retos altos en tu vida cristiana, no sufras a lo tonto, tú disfruta como lo hace el resto". No te compliques ni compliques a los demás estando abierto a la vida con tu esposa o tu esposo. Vive tu noviazgo como lo viven los demás, disfruta y déjate de esas cosas que dice la Iglesia de vivirlo en castidad. El veneno introducido en nuestra corriente sanguínea nos hace vivir en la más absoluta mediocridad, entendiendo lo mediocre como lo normal. De tal modo que cuando una pareja proyecta su noviazgo o matrimonio lo hacen siguiendo los dictámenes del mundo, aunque ellos digan ser cristianos porque cumplen con algunas cosas que dice la Iglesia. Unos padres educan a sus hijos, pero lo hacen con unos criterios -los suyos propios- que no han sido 'amasados' por el Espíritu Santo, que carecen de la influencia y de la valiosa aportación que les hace el Señor. De tal modo que parece que todos estamos condenados a andar por un mismo camino, a pensar, sentir y amar de un modo muy similar, donde lo religioso queda arrinconado para momentos determinados y poder así decir que somos cristianos.
            El Señor, que vela por nosotros y nos cuida con gran solicitud, no nos deja por imposibles. Sino que nos va poniendo, durante el transcurso de nuestra vida a personas que nos indican que SÍ es posible sacar adelante ese proyecto que nos plantea Jesucristo. De tal modo que lo que parecía y se nos vendía como imposible, es muy viable en tu vida. El mensaje que nos lanza el mundo es: "que sí, que está muy bien y es muy bonito, pero se realista y ten los pies en el suelo". Y claro, en este planteamiento mundano ¿dejamos acaso cancha de juego a la gracia de Dios para que pueda actuar?; pues no. Simplemente porque se la ignora. Porque en el fondo se cree que Dios tiene que estar supeditado a lo que nosotros queramos. Algunos me dicen, ¿qué tiene que ver Dios con la educación de mis hijos, con mi matrimonio, con mis relaciones de todo tipo o en mi trabajo o tiempo libre?
            Sin embargo hay personas que sí se creen el mensaje de Cristo. Esto supone para ellos un nueva gestación y un nuevo nacimiento. Aquí nadie 'come el coco a nadie', sino que va surgiendo, como un sexto sentido, el descubrimiento de una realidad que, aun habiendo estado siempre delante de nosotros, no éramos capaces de percibirlo. La Iglesia es el nuevo seno materno que nos va gestando en esta nueva vida. Nos nutre, nos vamos formando como cristianos con la Palabra y los Sacramentos y dentro de una comunidad cristiana vamos descubriendo cómo alguien que está vivo -que es Cristo- sigue actuando en la vida de cada uno. Es muy cierto que el pecado original y nuestro propio pecado daña considerablemente este proyecto tan bello que Dios tiene con cada uno. Sin embargo la gracia es más fuerte que nuestro propio pecado.
            En esa nueva gestación y nuevo nacimiento es necesario que haya creyentes que vayan por delante, abriendo el camino. Unos matrimonios cristianos que con su vida dan muestras más que evidentes de que allí Dios es importante son un punto de referencia clave para esos novios que desean vivir su noviazgo cristiano en medio de una fuerte secularización y en un contexto social de una conciencia laxa.
            O un presbítero que vive su ministerio tal y como le han enseñado o se ha acostumbrado, celebrando las Misas, Confesando y haciendo lo que se le pide, terminando siendo un 'funcionario del culto', porque en el fondo hace lo que la gente le demanda… y se encuentra con otro presbítero y con creyentes que ha redescubierto su estar bautizados supone para él un cambio copernicano que le impulsa, de un modo imperante, a la conversión personal para poder aprender a escucha a Dios de un modo totalmente nuevo y replantear su servicio a la Iglesia desde categorías y principios los cuales antes eran impensables.
            Satanás nos dice que no nos compliquemos la vida, que no valemos para estas cosas, que nos vamos a cansar en balde, etc. Pero en la otra parte nos encontramos a todos los santos, ángeles, arcángeles junto con la Inmaculada Virgen María que nos animan diciéndonos: ¡Ánimo!, ¡te queremos ver aquí con nosotros, que para eso Dios te ha elegido para que seas santo!

Lecturas:
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20
Sal 97, 1-4: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

            8 de diciembre de 2016 

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