LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN
MARÍA 15 de agosto de 2016
Dios actúa desde el silencio y el
recogimiento. La acción de Dios se localiza 'en lo interior', 'en los tuétanos
del alma'. Su comunicación personal afecta al hombre en su interior y le
afecta. Este contacto diario con el Señor ordena
nuestro entendimiento y fortalece nuestra voluntad ya que el Señor empieza
a encender la chimenea para que en torno a ese fuego de amor vivo vayamos captando
cómo su presencia es un regalo para nuestra alma.
El gozo interior que produce esta
comunicación de Dios con cada uno en particular genera una percepción nueva de las cosas. Las cosas son como han
sido siempre: ese pan duro del día anterior, donde uno se llega a preguntar
¿para cuándo el pan reciente?; ese hermano reguñón y mal humorado que tiene
cierto parecido al perro de unos vecinos de mi pueblo cuando me acerco a su
valla; los pies del compañero que atufan hasta el mismo pasillo; el comensal
con el que compartes mesa para comer que siempre se echa más comida de la
cuenta dejando con una ración escasa para uno y por mucho que se lo digas, uno
llega a la conclusión que el pobre no da más de sí; y no hablemos del que aún
debiéndote dinero te sigue pidiendo y uno, por lo pesado que se llega a poner,
se lo termina dando. Y el contacto con el Señor ayudan a la voluntad para
captar aquellas cosas que, aun pasando desapercibidas por nuestros sentidos y
por lo que es lo inmediato, sin embargo
Dios se nos quiere comunicar.
Cuando uno abraza este modo de
entender la vida, estando disfrutando de la presencia de Jesucristo, desea
profundizar en esas reglas de amistad con el Señor, va afinando el oído a sus
insinuaciones y tiene el corazón enamorado deseando estar con Él y disfrutar de
su presencia amorosa. Las cosas antes parecían que solo podían ser de una manera,
la que uno mismo proponía y pocas opciones se nos aparecían ante nuestros ojos
para hacer frente a las diversas situaciones, delicadas o no, que se nos
presentaban. Ahora con Cristo es distinto. Donde antes sólo había un tabique
grueso de adobes, ahora se ha abierto un gran ventanal por donde entra la
claridad y se ventila la habitación.
Ahora es cuando surgen nuevas formas de pensar y de afrontar la realidad que se
nos presenta, porque Cristo abre nuestro entendimiento y fortalece la voluntad
al mostrarnos que Él actúa cuando se le deja. Si el hombre se deja ayudar y se
rinde ante Jesucristo y responde con generosidad, se iniciará y se adentrará en
una historia apasionante de amor. Dios nos elige para ser sus amigos fuertes y mencionada
fortaleza se pondrá en acción cuando el peso de la prueba se acentúe y tengamos
más dolores que consuelos en esta vida.
La Santísima Virgen María fue la
gran confidente de Dios. El alma pura, de diálogo
fluido y constante, diálogo constructivo y oportuno que mantenido con el
mismo Dios ha sabido y permanece orientando a todos sus hermanos hacia Cristo
salvador. Ella también fue probada en aquellos tiempos de arideces, en aquella
Nazaret, en aquel Belén, en aquel Egipto, en aquel Jerusalén. Y a pesar de ese
aparente silencio de Dios ella siempre le confesó y le amó con toda la
intensidad y dulzura de su maternal corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario