martes, 1 de noviembre de 2011

Solemnidad de Todos los Santos 2011

Solemnidad de Todos los Santos 2011

Hoy celebramos la fiesta de los mejores hijos de la Iglesia: todos aquellos que están ya gozando de la presencia de Dios. Fueron personas que tuvieron que vivir en una época concreta, con sus problemas, con sus desafíos y todos tienen en común una cosa: Ser para Dios.

En este tiempo que nos ha tocado estamos más sensibilizados con algunos temas que hacen referencia a la naturaleza y al medio ambiente. Uno de ellos es el problema de la contaminación del aire en nuestras ciudades. En la ciudad la contaminación del aire puede ser causada por automóviles, buses y aviones, al igual que por la industria y la construcción. Y los efectos de esa contaminación tienen sus consecuencias en las personas: tos, falta de aire, opresión en el pecho, fatiga inusual, palpitaciones, son algunos de las muchas consecuencias de los efectos de la contaminación del aire.

Se da también otro tipo de contaminación que generamos nosotros mismos, las personas. No se trata de gases tóxicos ni de productos químicos. Esta contaminación afecta directamente al alma: Se trata del pecado personal. Y los efectos de esta contaminación tienen sus graves consecuencias: las envidias, las críticas destructivas, los odios, el creerse superior a los demás, el ridiculizar al otro, las personas dejan de colaborar en las cosas que son comunes, las actividades empiezan a dejarse de hacer adentrándonos en una espiral de pasotismo por parte de todos, estas son algunas de las muchas consecuencias de esta particular contaminación.

Todos podemos contribuir para evitar la contaminación del aire: evitar la quema de basura y llantas; evitar comprar artículos desechables y plásticos que no son biogradables; no arrojar basura en la calle… son algunas de las muchas maneras de contribuir para mejorar el ambiente que respiramos.

Del mismo modo todos y cada uno de los presentes podemos contribuir a purificar el ambiente espiritual en el que nos estamos moviendo. ¿Cómo poder elevar el nivel de fraternidad en este pueblo?, ¿cómo poder afrontar el desafío de poner el listón más alto en lo que a participación parroquial se refiere?. ¿Cómo luchar contra el absentismo espiritual en el ámbito del hogar? ¿cómo hacer entender a algunos padres y algunos jóvenes que precisan pasar por una personal I.T.V. espiritual a través del sacramento de la confesión frecuente?.

Apostar por Jesucristo es decir ‘sí’ a una convivencia fraterna, de cooperación y en paz en este pueblo. Los santos fueron personas que al estar tan llenos de Dios estaban constantemente irradiando a Dios. Los santos son personas que ofrecían esa serenidad que únicamente nos puede proporcionar Dios y que gozaban de esa dulzura en el trato que solamente se puede adquirir con el trato frecuente con Jesucristo. Ellos no contaminaban el ambiente, sino que lo saneaban porque allá en donde se encontrasen ofrecían esos gestos de amor que brotan de los corazones enamorados por Dios.

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