sábado, 22 de octubre de 2011

Homilía del domingo XXX del tiempo ordinario

DOMINGO XXX del tiempo ordinario, 23 de octubre de 2011

San Pablo escribe a la comunidad de Tesalónica diciendo: «Vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo». Pero para que la palabra engendre vida y produzca todos sus frutos es preciso acogerla y vivirla.

Ante el Verbo de Dios que habla y se comunica, la actividad principal que se nos pide es escucharlo y acogerlo. Ése es el mandato que el Padre dirige a los discípulos respecto a su Hijo. Escucharlo más con el corazón que con los oídos. De hecho, la Palabra sólo da fruto si encuentra una tierra fértil, o sea, cuando cae en un corazón bueno y recto.

Pero no basta con meditar la Palabra de Dios, no basta interiorizarla con la mente, rezar con ella, extraer de ella alguna consideración o algún propósito. La auténtica escucha de la Palabra se traduce en obediencia, en hacer lo que exige. Hay que dejarse trabajar por la Palabra hasta el punto de que llegue a informar toda la vida cristiana. Hay que aplicarla a todas las circunstancias de nuestra existencia, hay que transformarla en vida, como exhorta el Apóstol Santiago: «Poned por obra la palabra y no os contentéis sólo con oírla, engañándoos a vosotros mismos». (St 1,22).

El Evangelio es la regla de vida que Jesucristo entregó a sus discípulos. No es difícil, complicada o legalista como las demás reglas; al contrario, es dinámica, suave, estimulante para el alma.

La Palabra de Dios, al entrar en nosotros, denuncia el modo de pensar y de obrar humano y nos introduce en el nuevo estilo de vida inaugurado por Jesucristo. Quien vive el Evangelio puede llegar con Pablo a tener la mente de Cristo; adquiere la capacidad de leer los signos de los tiempos con la misma mirada de Cristo, experimenta la verdadera libertad, la alegría, el arrojo de la coherencia evangélica; encuentra una confianza nueva en el Padre, una relación de auténtica y sincera filiación (de sentirnos hijos de ese gran Padre Todopoderoso) y, a la vez, una actitud concreta y efectiva de servicio hacia todos.

El Evangelio, en definitiva, nos desvela el sentido profundo de nuestra vida, de modo que por fin sabemos para qué vivimos; la enseñanza de Jesucristo nos devuelve la esperanza.

El resultado es que ya no somos nosotros los que vivimos, sino que es Cristo mismo quien viene a vivir en nosotros. Sin embargo no basta con acoger y vivir la Palabra: Hay que compartirla. Lo hacemos en las catequesis, en las homilías, en las predicaciones de los ejercicios espirituales, en los retiros… Lo que tal vez no siempre hacemos es dar el fruto de la Palabra.

La Palabra es una semilla sembrada en nuestra vida. La tierra buena no devuelve la semilla, sino el fruto. Así deberíamos comunicar no sólo nuestra reflexión sobre la Palabra de Dios, sino más bien lo que Ella ha obrado una vez acogida en la tierra de nuestra vida. Se trata de comunicar al que es la Vida; a Jesucristo. Y de ofrecer esa experiencia gozosa de sentirnos elegidos y amados por Aquel que nos llamó a la existencia. Así sea.

domingo, 16 de octubre de 2011

Homilía del domingo XXIX del tiempo ordinario, 16 de octubre 2011

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO

16 de octubre de 2011

«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Jesús contestó con gran sabiduría a las preguntas capciosas de los fariseos y de los herodianos. ¿Porqué digo que Jesucristo obro con gran sabiduría? Las razones son las siguientes:

En primer lugar porque ‘les tira de las orejas’ a los fariseos ya que se estaban preocupando únicamente del vil dinero, de las cosas meramente terrenales en el sentido más peyorativo del término olvidándose de lo esencial; olvidándose de Dios.

En segundo lugar Jesucristo les dice con toda la claridad que los cristianos tienen el deber de colaborar con sus impuestos en el sostenimiento de las iniciativas justas y que repercutan en el bien común. Pero no solo eso, sino que los cristianos estamos llamados a anunciar a Jesucristo en medio de los ambientes políticos y sindicales, porque de ese modo se humaniza la sociedad creando leyes justas y se da gloria a Dios.

En tercer lugar Jesucristo no hace una separación entre lo que implica su seguimiento fiel y el ser ciudadano de un estado. Que un cristiano no tiene que replegarse en la sacristía de la iglesia, sino que debe de dar testimonio de su fe allá en donde se encuentre.

Y en cuarto lugar Jesucristo recuerda al César que él también tendrá que ‘dar cuenta de su gestión’ ante el Altísimo. O sea, que el gobernante no puede hacer o deshacer ‘lo que le venga en gana’ ya que aunque se sienta como ofuscado en su poder, ese gobernante tendrá que comparecer ante la presencia de Dios para dar muchas explicaciones.

Si ustedes se dan cuenta Jesucristo ha ido más allá de esa pregunta capciosa y les ha dado una lección magnífica colocando a cada cual en su sitio.

¿Y qué es lo que el Señor nos quiere decir con esa expresión de «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios»? Si se dan cuenta ustedes pueden darse cuenta que en las monedas viene acuñada la efigie del gobernante y ese sello es señal de propiedad, sin embargo no olvidemos que nosotros, en nuestra alma tenemos acuñada la imagen de Dios ya que nosotros somos propiedad de Dios, incluso aquellos que nos gobiernan tienen acuñada esa imagen divina en ellos ya que también ellos pertenecen a Dios.

Jesucristo nos dice que la Iglesia tiene que estar allá ‘donde se cuecen’ las cuestiones del mundo y que lejos de replegarnos en las sacristías tenemos que ser lámparas encendidas que den luz en medio de esta sociedad. Que no tenemos que tener miedo ni nos tenemos que acomplejar por decir no a las leyes gubernamentales del aborto, que no nos debemos de acobardarnos por oponernos a la educación viciada que dan a vuestros hijos, que debemos de defender que los padres son los principales responsables de la educación de sus hijos, que tenemos derecho a controlar y a supervisar los contenidos morales que se imparten en las escuelas e institutos. ¿Por qué no nos tememos que acomplejar? La razón es sencilla: porque de este modo somos fieles a Jesucristo.

martes, 11 de octubre de 2011

Nuestra Señora del Pilar

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

12 de octubre de 2011

HOMILÍA:

Sr. Alcalde y corporación municipal, autoridades civiles, Sargento Comandante del Puesto de la Guardia Civil de Cevico de la Torre y Componentes del mismo.

La piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen María es un elemento intrínseco del culto cristiano. La dimensión maternal de Virgen empuja al pueblo de Dios a dirigirse con filial confianza a aquella que está siempre dispuesta a acoger sus peticiones con afecto de madre y con eficaz de ayuda de auxiliadora.

La Santísima Virgen María consiguió un nivel tan elevado de intimidad en el amor divino que es punto de referencia para todos los cristianos. Ella siguió a Jesús y entabló con Él una profunda amistad. Todos nosotros estamos llamados a irnos ‘maravillándonos’ de la persona de Jesucristo para posteriormente ir madurando esa relación y de este modo Cristo se plante en el centro mismo de nuestra vida.

Santa María nos indica que es preciso una profunda intimidad con el Señor, ya que de carecer de eso no se daría un auténtico seguimiento. El trato cercano y frecuente con Cristo es esencial para poderle seguir. No es suficiente que su mensaje me parezca excelente y digno de ser anunciado. No es suficiente que su programa nos resulte movilizador. Es la persona de Jesucristo la que, en el seguimiento, se erige en el centro de atracción y de amor.

Este amor a Jesucristo es diferente según los temperamentos. En algunos predominará la ternura; en otros el apasionamiento; en otros una adhesión vital, firme pero sobria en afecto. Sin embargo, un seguidor es siempre un amigo, no un simple trabajador a destajo. Hemos sido llamados para estar con Él, para amarlo y para trabajar con Él y por Él.

La Santísima Virgen ha tenido siempre una confianza ilimitada en su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. ¿Se acuerdan ustedes de aquel pasaje evangélico en la que los Apóstoles ven como Jesús caminaba sobre el lago y Pedro va andando sobre el agua al encuentro de Cristo?. En esa escena Pedro sobre el mar vive el flujo y el reflujo de la confianza y la desconfianza, cuando el Señor le invita junto a sí sobre las aguas. Un bello relato para nosotros, porque esta confianza ilimitada y absoluta en Él, en sus palabras, en sus promesas, es una adquisición progresiva en el seguidor. Los Doce y Pedro conocen vaivenes, regresiones y avances en este caminar hacia la confianza ilimitada en la persona de Jesucristo.

La confianza absoluta comporta domesticar esa nativa desconfianza del corazón humano para entregarse del todo a alguien, sobre todo si ese alguien es impalpable. La confianza ilimitada y absoluta en Jesucristo consiste en preferir las promesas de Jesús a las garantías del mundo. Es fiarse más de los criterios de Jesús, que de las “evidencias” del mundo.

Sólo los santos han adquirido esa sabiduría que procede de lo alto para experimentar lo que nos trasmite estas palabras de San Agustín:

«¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva,

tarde te amé!

Y tú estabas dentro de mí y yo afuera.

Y así por fuera, te buscaba;

Y deforme como era,

me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste.

Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo.

Me retenían lejos de ti aquellas cosas

que, si no estuviesen en ti, no existirían.

Llamaste y clamaste, y quebrantaste mi soberbia:

Brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera;

Exhalaste tu perfume y lo aspire,

Y ahora te anhelo;

Gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti;

Me tocaste y desee con ansia, la paz que procede de ti».

Ser seguidor de Jesucristo implica asimilar sus valores: Es abrirnos a los valores de Jesús, sintonizar con los valores de Jesús. La persona que encuentra un tesoro, llena de alegría, vende todo lo que tiene, para poder adquirirlo. Seguir a Jesús es hacer que los grandes valores que gobernaban la vida de Jesús se conviertan en valores que gobiernen nuestras vidas. La Santísima Virgen tenía como ‘programa de vida’ escuchar y meditar la Palabra de Dios en su corazón para luego hacerla vida y ofrecer esa luz a todos nosotros, sus hijos. Por eso hoy, toda la Iglesia te venera y te aclama con este himno:

«Santa María del Pilar, escucha

nuestra plegaria al celebrar tu fiesta,

Madre de Dios y Madre de los hombres,

Reina y Señora.

Tú, alegría y honor de pueblo,

eres dulzura y esperanza nuestra:

desde tu trono, miras, guardas, velas,

Madre de España.

Árbol de vida, que nos diste a Cristo,

fruto bendito de tu seno virgen,

ven con nosotros hasta que lleguemos

contigo al puerto».

Nuestra Señora del Pilar, ruega por nosotros. Así sea.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Vertavillo es noticia en Iglesia en Palencia

El templo de San Miguel en Vertavillo

luce en todo su esplendor

Escrito por Medios Comunicacion Miércoles, 28 de Septiembre de 2011

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La Iglesia parroquial del Arcángel San Miguel de Vertavillo se abrió de nuevo al culto el pasado 29 de septiembre, después de más de cuatro años de obras de restauración integral del edificio. Durante este periodo el culto ordinario fue trasladado al local de las antiguas escuelas, así como a la Ermita del Cristo del Consuelo para las celebraciones más especiales.

La rehabilitación se ha llevado a cabo en varias fases y ha comprendido la torre, el campanario, todos los tejados y especialmente el ábside románico de gran valor arquitectónico. Después continuaron las obras en el interior, recuperando la piedra original de las paredes y rehabilitando las cúpulas; para terminar con nueva instalación eléctrica y calefacción.

En el día de su titular el Arcángel San Miguel, abrió las puertas este magnífico templo para acogernos a todos. Cristo Eucaristía volvió a estar de nuevo en el Sagrario. La Eucaristía fue presidida por el Obispo de la Diócesis, Mons. Escudero y concelebrada por el párroco de la localidad, Roberto Villaumbrales y varios sacerdotes del arciprestazgo del Cerrato. Durante la Eucaristía -amenizada por la Coral Castilla Vieja de Dueñas, bajo la dirección del sacerdote José María Gómez Laso- se consagró el nuevo altar de la parroquia.

A dicha reapertura acudieron numerosas autoridades de la provincia y región, así como vecinos de la localidad de Vertavillo y alrededores. La unión hace la fuerza. Entre todos, -las aportaciones de la Junta de Castilla y León, a través de programas de la Consejería de Fomento y de la Consejería de Cultura, la Diputación de Palencia, el Ayuntamiento, la Parroquia y el Obispado- se ha hecho posible la restauración de este templo parroquial tan importante de nuestra diócesis de Palencia del siglo XIII-XIV que cuenta con unos retablos bellísimos del siglo XVI, XVII y XVIII.

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martes, 4 de octubre de 2011

El 80% de los matrimonios que acuden a los COF de la Iglesia Católica superan sus crisis

El 80 % de los matrimonios que acuden a los COF de la Iglesia superan sus crisis

Los expertos enfatizan la labor de estos Centros de Orientación Familiar con la fuerza de sus resultados.

REDACCIÓN HO / EP.- El 80% de los matrimonios que acuden a los Centros de Orientación Familiar (COF) de la Iglesia logran superar sus problemas, según apunta la experta en Psicoterapia Breve y orientadora familiar Marta Pedraz en el número de este mes de la revista Palabra, ante el aumento de un 3,9 por ciento en 2010 de las rupturas matrimoniales en España, según el INE.

"La orientación familiar es una disciplina terapéutica con técnicas y métodos específicos, que trata de ayudar a las parejas y a las familias a superar las dificultades, a sanar las disfunciones relacionales y a fortalecer los vínculos", explica.

Además, Pedraz indica que las rupturas matrimoniales tienen "consecuencias nefastas" pues, según apunta, citando los resultados de un estudio de la Union des Familles de Europa, el 88 por ciento de los hijos adultos de padres separados o divorciados dice que la separación de sus padres supuso un trauma.

"Una vez superado el sufrimiento, algunos habían aprendido a ser más flexibles o maduros, pero otros habían perdido la esperanza de alcanzar la felicidad en pareja. Otros, en fin, experimentaron depresión, anorexia o falta de confianza en sí mismos", añade.

Por otra parte, destaca de la encuesta que un 56 de los encuestados sintió depresión, desmotivación y dificultades de concentración en los estudios, y que un 41 por ciento experimentó falta de confianza, parálisis, ansiedad e inestabilidad al afrontar la vida profesional.

Ante esta situación, Pedraz señala que los COF de la Iglesia enseñan a las parejas a "ayudarse a sí mismas en la superación de sus dificultades" intentando "contribuir a sanar y reforzar el vínculo conyugal" y "entrelazar de nuevo las dos biografías".

lunes, 3 de octubre de 2011

Reapertura al culto de la Iglesia del Arcángel San Miguel de Vertavillo de Cerrato (Palencia)




El pasado día 29 de septiembre de 2011, a las 19 horas el pueblo de Vertavillo se vistió de fiesta para celebrar, después de cuatro años, la reapertura al culto de su iglesia parroquial.

MONICIÓN DEL PÁRROCO

«Sr. Obispo, en nombre de todos los presentes y en el mío propio le doy las gracias por presidir esta Eucaristía así como por su cercanía. De la misma forma a mis hermanos en el sacerdocio don José Luís Calvo y don Juan Antolín, responsables diocesanos de las diversas fases de rehabilitación de las obras.

Y a las Autoridades autonómicas, provinciales y locales presentes en esta Eucaristía, así como a las ausentes que no han podido asistir, les agradezco sinceramente su interés y esfuerzo de colaboración y económico. Destacar que ejecutar una obra de esta envergadura ha supuesto importantes esfuerzos, tanto financieros como personales, que se ha podido llevar a cabo gracias a los buenos oficios de un hijo de este pueblo: Don Cesar Antón.

Es de obligado cumplimiento mencionar a don Antonio Muñoz Arroyo, que Dios le tenga en la Gloria, Párroco de Vertavillo, quien tomó la iniciativa de empezar estas obras en este templo parroquial.

Durante esta celebración, después de la oración de los fieles, será bendecido el Altar por el Sr. Obispo de la diócesis en el momento del ofertorio.

Ahora voy a conceder la palabra a los intervinientes, por el siguiente orden:

Del Ayuntamiento de Vertavillo intervendrá (el alcalde o la teniente alcalde); en segundo lugar intervendrá de la Ilustre Diputación Provincial (el Sr. Diputado del Cerrato, don Jesús Duque); en tercer lugar un representante de la Junta de Castilla y León (la secretaria general de la consejería de fomento); en cuarto lugar del Obispado intervendrá don José Luís Calvo Calleja, el Delegado de patrimonio de la diócesis palentina.

Terminadas las diferentes intervenciones celebraremos la Santa Misa en honor a nuestro santo Patrón, San Miguel Arcángel».



REAPERTURA AL CULTO
DE LA IGLESIA PARROQUIAL DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL DEL PUEBLO DE VERTAVILLO DE CERRATO
(PALENCIA-ESPAÑA)



















sábado, 1 de octubre de 2011

Homilía domingo XXVII del tiempo ordinario

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO


2 de octubre de 2011



Hoy Jesucristo nos plantea una nueva parábola: la de los viñadores homicidas. Jesús pone al descubierto la mala disposición de los jefes de Israel, reacios desde antiguo a reformarse obedeciendo a los profetas.


En la primera lectura, la del libro del profeta Isaías, presenta a Dios como un viñador, cuya viña fue Israel, viña que no dio fruto, y eso que el Señor se esmeró muchísimo al cultivarla con amor. Dense cuenta lo que el propio profeta Isaías nos dice respecto a la viña, que representa al pueblo de Israel: «La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones».


En el Evangelio vemos nuevamente a Dios como viñador, sólo que ahora la viña ha pasado de Israel a otras manos, al pueblo cristiano, al Pueblo de Dios. Y nosotros, como pueblo de Dios, como cristianos no nos diferenciamos mucho del comportamiento del pueblo de Israel. Todos nosotros hemos sido comprados con el precio de la sangre del Hijo del Altísimo. Todos nosotros somos propiedad de Dios y a Él debemos nuestra existencia. Todos nosotros estamos llamados a una vocación universal, la de ser santos como Él es santo. Sin embargo, a pesar de todas las dedicaciones y esmeros que Dios nos entrega y nos va manifestando, nosotros seguimos dando agrazones en vez de una buena uva.


Cuando Jesucristo nos está invitando a cultivar su viña nos está llamando a la responsabilidad. Nos está urgiendo a cuidar nuestra vida espiritual. Nos está apremiando a ponerme a bien con ese hermano, porque es incompatible, es inconcebible ser seguidor de Cristo y no hablarme con el hermano.


Muchas veces tengo la sensación de que algunos entienden esto de la Iglesia como si fuera un club, una asociación o una ONG. Donde se viene, ficha, se cumple y uno se despide hasta el próximo día. Y la Iglesia no es ni una ONG, ni un club, ni una asociación, la Iglesia es PUEBLO DE DIOS, CUERPO DE CRISTO Y TEMPLO DEL ESPÍRITU. Es el mismo Espíritu Santo el que tiene que gobernar nuestra vida y nuestros sentimientos, para que podamos experimentar lo que nos dice el apóstol San Pablo: «Que la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Dios no quiere migajas, Dios no quiere que únicamente le rindamos culto en la Iglesia durante unos minutos al cabo de la semana; Dios desea que toda nuestra vida sea un constante culto de alabanza.


Es muy preocupante que una persona asista a Misa y su forma de actuar en la calle no sea un comportamiento cristiano. Esto es un antitestimonio alarmante. Porque estaríamos haciendo lo mismo que hacían los judíos en el antiguo testamento: Dios se desvive en desvelos por cada uno de nosotros, cuida de nuestra particular viña, y nosotros, como personas ingratas, en vez de uvas le damos agrazones, enfados, disgustos, malestares, malos entendidos, cabreos, y una gran variedad de malos ejemplos.



Y el problema más serio de todo esto es que estamos conviviendo con ese pecado y no hacemos problema. Por eso, el apóstol San Pablo, en la carta a los Filipenses les exhorta y nos exhorta a poner “por obra lo que hemos aprendido y recibido de Jesucristo”. Dicho con otras palabras: nos hace una llamada seria a que vivamos con “estilo cristiano”, es decir, alegremente confiados en Dios y amparados siempre con nobles sentimientos.


Todos estamos muy verdes. Pero para madurar en la vida cristiana uno precisa ponerse ante la luz que es Cristo. Confesarse con frecuencia, acercarse a la Palabra de Dios, rezar al Señor y comulgar en estado de gracia son los medios que Dios nos pone para que nuestra particular viña empiece a granar una uva de gran calidad. Así sea.