domingo, 20 de mayo de 2012

La Ascensión del Señor a los Cielos

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS

El apóstol San Pablo cuando escribe a la comunidad de Éfeso les está hablando de la fe. Les comenta que Dios tiene un plan de salvación para ellos y que ellos a su vez han de estar expectantes. Pero atención, han de esperar pero no con los brazos cruzados, sino cultivando ese deseo de búsqueda, con esa inquietud, esa curiosidad, ese estar como ‘olisqueando’ la presencia de Dios en el mismo alma. San Pablo nos habla de una herencia, de un poder extraordinario, de algo que sobrepasa bastante nuestras propias expectativas. Ahora bien, ¿de qué herencia nos está hablando San Pablo?¿de qué poder extraordinario se trata?...nos está diciendo que todos estamos invitados por Dios a ser resucitados por medio de su fuerza sanadora. San Pablo cree firmemente en la resurrección porque él mismo, en persona se ha encontrado ‘de bruces’ con Cristo Resucitado. Esa experiencia de la resurrección es para San Pablo como la tinta de las plumas estilográficas. Unas son negras y otras azules, pues el color que plasma en el papel es ‘el color resurrección’. Todo lo que dice, todo lo que hace, todo lo que piensa es plasmado con ese color de ‘tinta de resurrección’ y así mostrar que en Cristo todo adquiere sentido en plenitud.
A modo de ejemplo: hay gente que la ves paseando por la calle y siempre van con una cara de amargados que da miedo; uno no sabe si esa persona tiene dolor de estómago crónico o simplemente es así. Pues San Pablo portaba gran alegría y trasmitía gozo porque había experimentado algo que le marcó toda su existencia: el encuentro personal con Cristo resucitado.
Y no acaba aquí, sino que da un paso más: A Cristo le encontramos en la Iglesia Católica. Algunos de ustedes me pueden comentar: Pues…me parece bien, pero yo no le veo por ninguna parte. De hecho, son muchos los que solicitan sacramentos (ya sea para bautizar, hacer la primera comunión, la confirmación o el matrimonio) y se quedan tan fríos como un cubito de hielo en su vida de fe. Entonces ¿qué es lo que sucede? Muy sencillo…. MUCHOS NO ESTÁN BUSCANDO UN ENCUENTRO CON EL SEÑOR SINO ÚNICAMENTE UN ACTO SOCIAL PROTOCOLARIO que toca hacer porque ha llegado la edad correspondiente para hacerlo… UN MERO Y SIMPLE ACTO DE SOCIEDAD. Y como únicamente buscan un ‘acto social’ pues únicamente se preparan para el acto social y dejan su alma repleta de telarañas, de una manta de polvo y suciedad… simplemente porque no sienten necesidad de complicarse la vida para seguir a Jesucristo. Por eso es fundamental cambiar el ‘chip’.
Cristo nos lanza una convocatoria audaz para seguirle. Cristo es muy lanzado, es más, se pasa de atrevido ya que nos pide que ‘desnudemos nuestra alma ante su presencia’. Y si hay algún sacerdote que movido por la salvación de las almas se pone a predicar de la confesión y de la importancia de tener una vida de oración exigente…pues se le ataca porque muy poquitos quieren realmente llevar a cabo la conversión que Jesucristo nos pide que hagamos.
Yo lo único que sé es que Cristo subió a los cielos cuando todos los discípulos se quedaban ‘con la boca abierta’ y nosotros nos quedamos como indiferentes cada vez que Cristo baja hasta nosotros en el pan y vino eucarísticos. Sin embargo no olvidemos que llegara un día en que Jesús no se tendrá que ‘disfrazar’ como pan y vino sino que vendrá con gran esplendor y gloria con el ejército celestial. ¡Ven Señor Jesús!

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