martes, 11 de enero de 2011

Remigio de Salas Jalón, misa por su eterno descanso

REMIGIO DE SALAS JALÓN

El pasado miércoles, día 5 de enero, dimos sepultura cristiana en Dueñas a nuestro hermano y patrono de esta fundación, el señor don Remigio de Salas Jalón. Despedir a una persona querida es algo que rompe el corazón, pero a la vez es una llamada a ahondar nuestra vida de fe y de confianza en Dios.

El señor Remigio ha sido una persona que, con su trabajo y dedicación, ha aportado prestigio y honor a nuestra tierra. El Señor, Creador de todo, el mismo que moldeó al primer hombre de arcilla, fue el que le dio los talentos y capacidades precisas para trabajar por los demás y en favor de esta nuestra Institución.

Todos nosotros sabemos, y buena experiencia tenemos, que dependiendo de los ideales que nos motiven, haremos una cosa u otra. Si una persona trabaja, se esfuerza y lucha simplemente por destacar sobre los demás, se terminará marchitando como se marchitan las flores ante el sol abrasador de las tardes veraniegas. Si una persona trabaja, lucha, se esfuerza y se sacrifica por amor a Dios, es entonces cuando todo adquiere un sentido sobrenatural, es entonces cuando ese actuar agrada al mismísimo Dios, y Dios lo tendrá en cuenta para beneficiar a dicha persona cuando tenga que compadecer ante su Divina y Suprema Presencia. Por eso, hermanos en la fe, es fundamental que cada cual recapacite y sea consciente de sus motivaciones a la hora de trabajar, ya que únicamente una cosa es importante: vivir en la presencia de Dios para luego poder gozar de la presencia divina eternamente.

El señor Remigio, Patrono de esta nuestra Fundación de don Pedro Monedero, el asilo de Santa Eugenia, ha estado siempre preocupado por los ancianos y por todo el personal. Dicho cometido, en calidad de Patrono, lo ha ejercido con gran responsabilidad y sabiendo estar a la altura de las circunstancias. En el poco tiempo que llevo, en calidad de Párroco de Cevico de la Torre y como Capellán de esta nuestra Residencia, he sido testigo de las numerosas muestras de interés, tanto como por parte de don Remigio, como por parte de su esposa e hija.

Nos solidarizamos con el dolor y nos unimos a la oración para pedir al Dios de la Misericordia que acoja con los brazos abiertos a nuestro hermano Remigio. La mejor ofrenda que podemos hacer a Remigio es nuestra oración, por eso elevamos nuestra plegaria hacia Dios para que la escuche.

Dale Señor el descanso eterno, y brille para él la luz perpetua. Descanse en paz.

No hay comentarios: