miércoles, 19 de febrero de 2025

Homilía de la Misa de Radio María del 19.02.2025 desde Palencia Mc 8, 22-26

 

Queridos radio oyentes de Radio María.

         No es por casualidad que nos encontramos a Jesús hoy en Betsaida, en este pueblo pesquero al norte del mar de Galilea. El mismo Jesús que se embarca en la barca para zarpar e ir a faenar donde más profundo es el mar, en lo más hondo donde la oscuridad es intensa. Y es ahí, en ‘mar adentro’ donde el Señor manda ‘echar las redes’. ¿Quiénes están en lo más profundo del mar donde la oscuridad reina y uno se queda ciego? Nosotros somos esos pescados rescatados por la red de Cristo de la fosa de la muerte. Nosotros somos esos peces rescatados desde lo más profundo del pecado. Nosotros, tú y yo, somos ese ciego del evangelio de hoy. Estamos muy catequizados por los medios de comunicación social, por las series de televisión, por la ideología de género, y por muchas ideologías amparadas por intereses económicos…  Todo esto hace que nuestra conciencia esté anestesiada y nuestra mente y corazón quede dañado.

         Dice el evangelio que unas personas llevaron al ciego ante Jesús; esos que presentan al ciego a Jesús es la comunidad cristiana. Esa comunidad cristiana ¿de dónde ha salido? Han salido de esas pescas que Cristo ha realizado cuando ha lanzado sus redes a lo más profundo del mar. Y esa comunidad cristiana, a semejanza del pueblo de Israel, ha salido del Egipto seductor y están atravesando el desierto de la conversión para llegar a la Tierra Prometida. Y ese ciego no está solo, sino que toda una comunidad cristiana camina con él y juntos están adentrados en un proceso paulatino de conversión. Esa comunidad cristiana acompaña y se acompañan, escuchan la Palabra de Dios, celebran los sacramentos, obedecen a sus Obispos, presbíteros y catequistas, y de este modo van abandonando el modo de proceder característico del hombre viejo para revestirse del hombre resucitado, el hombre nuevo en Cristo.

         Pero este camino que el ciego hace acompañado por la comunidad cristina no es corto, ni es ligero, ni es fácil. Es duro y exigente, por eso el Señor nos cuida y anima en la comunidad cristiana. No se recupera la visión de la noche a la mañana; por eso dice el ciego «veo hombres, me parecen árboles, pero andan».

         Habrá muchos momentos en los que uno anhele llenarse el estómago con aquellas cebollas de Egipto. Por eso la Comunidad cristiana nos sostiene porque en la Comunidad es donde nos encontramos a Cristo, y como dice el Papa Francisco en la encíclica ‘Dilexit nos’ hace que nuestro corazón fragmentado se junte y se una y podamos sentir los gestos y palabras de su amor.

         La fe se vive únicamente en comunidad por eso las parroquias están llamadas a ser comunidad de comunidades donde el otro es Cristo.

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