Queridos radio oyentes de Radio María.
No
es por casualidad que nos encontramos a Jesús hoy en Betsaida, en este
pueblo pesquero al norte del mar de Galilea. El mismo Jesús que se embarca en
la barca para zarpar e ir a faenar donde más profundo es el mar, en lo
más hondo donde la oscuridad es intensa. Y es ahí, en ‘mar adentro’
donde el Señor manda ‘echar las redes’. ¿Quiénes están en lo más profundo del
mar donde la oscuridad reina y uno se queda ciego? Nosotros somos esos pescados
rescatados por la red de Cristo de la fosa de la muerte. Nosotros somos esos
peces rescatados desde lo más profundo del pecado. Nosotros, tú y yo, somos
ese ciego del evangelio de hoy. Estamos muy catequizados por los medios de
comunicación social, por las series de televisión, por la ideología de género,
y por muchas ideologías amparadas por intereses económicos… Todo esto hace que nuestra conciencia esté
anestesiada y nuestra mente y corazón quede dañado.
Dice
el evangelio que unas personas llevaron al ciego ante Jesús; esos que
presentan al ciego a Jesús es la comunidad cristiana. Esa comunidad
cristiana ¿de dónde ha salido? Han salido de esas pescas que Cristo ha
realizado cuando ha lanzado sus redes a lo más profundo del mar. Y esa
comunidad cristiana, a semejanza del pueblo de Israel, ha salido del Egipto
seductor y están atravesando el desierto de la conversión para llegar a la
Tierra Prometida. Y ese ciego no está solo, sino que toda una comunidad
cristiana camina con él y juntos están adentrados en un proceso paulatino de
conversión. Esa comunidad cristiana acompaña y se acompañan, escuchan la
Palabra de Dios, celebran los sacramentos, obedecen a sus Obispos, presbíteros
y catequistas, y de este modo van abandonando el modo de proceder
característico del hombre viejo para revestirse del hombre resucitado, el
hombre nuevo en Cristo.
Pero este camino que el ciego hace
acompañado por la comunidad cristina no es corto, ni es ligero, ni es
fácil. Es duro y exigente, por eso el Señor nos cuida y anima en la comunidad
cristiana. No se recupera la visión de la noche a la mañana; por eso dice el
ciego «veo hombres, me parecen árboles, pero andan».
Habrá
muchos momentos en los que uno anhele llenarse el estómago con aquellas
cebollas de Egipto. Por eso la Comunidad cristiana nos sostiene porque en la
Comunidad es donde nos encontramos a Cristo, y como dice el Papa Francisco en
la encíclica ‘Dilexit nos’ hace que nuestro corazón fragmentado se junte
y se una y podamos sentir los gestos y palabras de su amor.
La fe se vive únicamente en comunidad por eso las parroquias están llamadas a ser comunidad de comunidades donde el otro es Cristo.
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