Homilía del Quinto
Domingo del Tiempo Pascual, Ciclo A
El evangelista [Jn 14,
1-12] san Juan dedica hasta cinco capítulos a la última cena, dedicados al
discurso del adiós, donde nos encontramos con el testamento que el mismo Señor
nos entrega. Esto forma parte del testamento de Jesús. Este discurso del adiós nos
recuerda a Moisés; cuando Moisés ya cerca de la tierra prometida, después de
lo que el Señor le dijo que hiciera la alianza y que condujera al pueblo por el
desierto hacia la tierra prometida, llega cerca, la puede incluso divisar, pero
él no puede entrar, y entonces entrega a Josué y a todo el pueblo de Israel las
mismas palabras prácticamente: creed en Dios, seguid creyendo en Dios. Les
dice, que ‘aunque yo os deje, a pesar de todo, creed en Dios, creed en la
palabra que yo os he dejado’. San Juan ha querido reproducir los discursos de
adiós de los antiguos patriarcas, entre ellos Moisés.
Todo esto es porque Jesús, cuando
está en Jerusalén, los Doce y los demás discípulos se piensan que van a
tomar posesión de la república, del reino que iba a inaugurar Jesús. Y cuando
está todo para empezar, en vez de hacer nombramientos, les dice en la
última cena ‘os voy a dejar’. E inmediatamente les dice: ‘no os entristezcáis,
no os perdáis de ánimo, no os desaniméis, pero os voy a decir que yo os voy a
dejar’. Les dice: «Me
voy, y donde yo voy, ya sabéis el camino». Y uno de los que no estaban tan convencidos, santo
Tomás, que era uno de los que necesitaban pruebas, le dice ‘pero ¿dónde vas?’ ‘no
sabemos dónde vas ¿y vamos a saber el camino?’. Y le dirá, ‘pero no sabes Tomás
que yo soy el camino, y la verdad y la vida’. Daros cuenta del estado de
ánimo que podría haber en esa situación. Ellos estaban esperando que
empezara el reino de Dios, un reino que podía empezar por medio de una revolución,
por medio de motín, por medio de un golpe de Estado, y sin embargo Jesús les
dice ‘me voy, os voy a dejar’. A lo que ellos podrían pensar: ¿pero hemos
estado haciendo el tonto hasta ahora? ¿Hemos dejado todo lo que teníamos para esto?
¿Después de estar al lado de éste
durante tres años ahora se va? ¿Después de haber seguido a Jesús, pasando
hambre, sed, durmiendo al raso y sin poder casi descansar… ahora se va y nos
deja sin nada?’, ‘¿Ahora qué hacer? ¿Volver de nuevo a nuestra anterior
vida con la cabeza agachada a casa?’.
En este contexto Jesús les dirá: ‘no
os dejo solos’. ‘Me voy y voy a prepararos sitio’; ‘donde yo voy ya sabéis el
camino’. Estamos en el contexto de la Pasión. Y el otro, como aún no se ha
enterado le dirá ‘Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?’.
Los Doce ni los discípulos aún no se han enterado del mensaje de Jesús y por
eso le siguen preguntando ‘pero… ¿dónde vas?’. Hay otro pasaje de San Juan,
cuando él les dice quién es él y en lo que consiste su misión les dice ‘yo me
voy al Padre’, y algunos judíos se dicen ‘pero ¿qué va a hacer?, ¿se va a
suicidar?’. Eso es parecido a lo que pasa en el pasaje de hoy. Ellos están
perdiditos, no saben lo que está pasando, y es entonces cuando se sienten
confusos, se sienten molestos. Y Jesús les anima diciéndoles: ‘Creed en Dios y
creed también en mí’. Es decir, todo lo que he estado haciendo hasta ahora
no ha sido más que anunciaros al Padre. Por eso le dirá a Felipe ‘¿no sabes
que quien me ha visto a mí ha visto al Padre?’. Jesús le dice a Felipe que ‘llevo
todo el tiempo con vosotros y ¿no os habéis enterado todavía?’. Y Jesús les
sigue anunciando que él y el Padre son una misma cosa, que va al Padre, que no
les deja solos y que confíen.
Ante esto ¿qué concepto tienes tú
de Jesús? ¿Qué concepto tienes de Jesús cuando en este momento te abandona
y te sientes solo y te sientes confundido? Cuando ese Jesús en el que tú crees
no responde a las expectativas que tú tenías sobre él? Ahí entras en crisis. ¿Qué
imagen tengo yo de Jesús? ¿Es la imagen que me construyo yo o la imagen que él
me vaya formando?
Las
crisis nos ayudan a crecer en la fe, a madurar. Esto es lo que sucedió en
la primera comunidad y que queda recogido en el libro de los hechos de los Apóstoles
[Hch. 6, 1-7]. Es un problema de división de la comunidad y de problemática
porque decían que algunos se sentían abandonados por los apóstoles, porque no
atendían a las viudas como es debido. Y es entonces cuando surgió lo de los
diáconos para que les ayudasen. Son las crisis las que nos ayudan a crecer en
la fe, a madurar. Y la carta de San Pedro [1 Pe 2,4-9] nos muestra que Cristo
es la piedra angular sobre la que se ha construido el edificio. ¿Sobre qué
piedra construyes tú tu vida? ¿Sobre un Cristo formado a tu imagen y semejanza?
o ¿del Cristo del Evangelio que acabamos de escuchar? ¿Eres de los cristianos
que consumen el culto y es como si fueras al supermercado y dijeras esto lo
cojo y esto no lo cojo? El Señor nos pone a todos en la verdad.
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