lunes, 28 de enero de 2013
viernes, 25 de enero de 2013
Homilia del tercer domingo del tiempo ordinario ciclo c (modelo dos)
Domingo
tercero del tiempo ordinario, ciclo c ; LECTURA
DEL LIBRO DE NEHEMIAS 8, 2-4a.5-6.8-10; SALMO 18; LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL
APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 12, 12-30; SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN
LUCAS 1, 1-4; 14-21
La Palabra de Dios de hoy contiene
una catequesis espléndida que no quiero que pase desapercibida. En la primera
de las lecturas, nos cuenta el libro de Nehemías cómo el pueblo judío había
sufrido el exilio en Babilonia y ahora abandonan el destierro y vuelven, una
gran parte de los deportados, a Palentina en sucesivas caravanas. Nehemías nos
cuenta una gran alegría para ese pueblo: Regresan a su tierra. Y cuando por fin
llegan a su deseado destino se reúne todo el pueblo judío y jubilosos escuchan
la proclamación de la Ley
de Dios; es decir se les dice dónde
están sus raíces. Y con esas raíces que les indica la Palabra Divina ellos ‘se ponen
manos a la obra’ para levantar su nación, su pueblo, su patria.
Ellos vienen de sufrir el exilio y
hay muchas generaciones que no han conocido realmente las tradiciones, no han
vivido cómo ese pueblo tenía que vivir, no han disfrutado de esa esencia
peculiar que tiene ese pueblo que le distingue, precisamente, de los otros pueblos. Muchos de esas jóvenes
generaciones no tenían la conciencia de saberse pueblo elegido, propiedad del
mismo Dios. Y la gente que ama con corazón puro al pueblo, que quieren que las cosas se cimiente como
tienen que cimentarse, hacen lo más urgente: Proclamar, ante toda la Asamblea, el Libro de la Ley, la Palabra revelada por Dios.
De este modo todos se dan por enterados del designio de amor de Dios hacia
ellos y que se enteren, de una vez por todas, de que Dios les ama.
Nosotros
también vivimos en el exilio. Nuestra patria es el Cielo; nuestra patria es la Gloria, el estar junto a
Dios. Él es nuestra tierra; Él es nuestra heredad; Él es nuestro tesoro; toda
la plenitud de la alegría reside en Él. Pero claro, corremos el riesgo que
corrieron los judíos en Babilonia. Muchos de ellos, en Babilonia, adaptaron
usos, costumbres, normas que eran ajenas a su propia fe, a sus propias
creencias, a su propia religiosidad. Muchos de ese pueblo se contaminaron. Nosotros
que estamos viviendo en este particular exilio también nos estamos contaminando
de usos, formas, costumbres, formas de pensar y de obrar que son ajenas que
desdicen, que hablan mal de nuestro ser cristianos. Por eso, también hoy, ante
esta Asamblea de creyentes y en toda la Iglesia
se proclama la Palabra revelada de Dios para
recordar donde tenemos que estar cimentados; para que nos demos por
enterados de que estamos llamados a ser santos y participar de esa gran
Asamblea allá en la Gloria. Y
a todo esto se plantea una pregunta vital: ¿Cómo poder despegarnos, separarnos,
desjuntarnos de todo aquello que ‘dice mal’ de nuestro ser cristianos? Lo
podremos hacer en la medida en que estemos ‘bajo la acción del Espíritu Santo’.
Jesucristo dice en el Evangelio: «El Espíritu del Señor está sobre mí»; Cristo está
bajo la acción del Espíritu Santo. Todos
sabemos lo que significa estar bajo la acción de algo; un borracho está bajo la
acción del alcohol, un toxicómano está bajo la acción de la droga, uno que está
griposo está bajo los efectos del virus de la gripe… Pues Cristo está bajo la
acción del Espíritu Santo. Nosotros somos templo del Espíritu Santo y es
preciso que estemos bajo la acción del Espíritu Santo para podernos
descontaminar e ir empezando a ponernos, también nosotros, ‘manos a la obra’
para levantar el nivel espiritual de nuestros hogares, de nuestras familias, de
nuestra parroquia. La Palabra
de Dios que se proclama, como si se tratase de un manual de instrucciones de un
aparato informático, nos ofrece las orientaciones para vivir nuestra vida
cristiana con solidez. Los hebreos escucharon la Palabra revelada y la tomaron
como norma de vida, que su ejemplo sea un estímulo para nosotros. Así sea.
miércoles, 23 de enero de 2013
Homilía del tercer domingo del tiempo ordinario, ciclo c
Domingo tercero del tiempo ordinario,
ciclo c ; LECTURA DEL LIBRO
DE NEHEMIAS 8, 2-4a.5-6.8-10; SALMO 18; LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL
APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 12, 12-30; SANTO
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1, 1-4; 14-21
Hermanos, no se si sería demasiado
de atrevido afirmar que los cristianos estamos
sufriendo el destierro. No es como el destierro de los judíos cuando les
llevaron cautivos a Babilonia viéndose privados de su tierra. Nuestro caso es
muy distinto. Nosotros estamos en nuestra tierra, tierra que amamos y de la que
damos gracias. Nuestro destierro es diferente. Muchas son las parejas que
contraen matrimonio pero Cristo no está ahí en medio. Muchos son los jóvenes
que se confirman pero no forman parte de esa milicia que anuncia a Cristo.
Muchos son los niños que reciben la primera Comunión pero arrinconan el regalo
más importante que han recibido. Decimos
que tenemos fe, pero no vivimos con la fe. Es como si estuviéramos bajo
los efectos de potentes tranquilizantes en nuestra conciencia en donde es
complicado que quepa la exigencia espiritual y la lucha por ser fiel a Cristo.
Lo más triste de todo esto es que al permanecer en este particular destierro ya
nos hemos acostumbrado y ya ni
añoramos lo que deberíamos de añorar. El pueblo hebreo, sufriendo el
destierro en Babilonia, añoraban su tierra y soñaban con volver a restaurar el
Templo en la ciudad santa de Jerusalén. Nosotros nos hemos acomodado a
costumbres y usos ajenos a nuestra fe. Lo mismo les pasó a los judíos en
Babilonia y en Egipto asumiendo las costumbres de aquellos pueblos y adorando a
dioses que nos los podían salvar porque eran hechuras de manos humanas. Por desgracia algo socialmente aceptado es la
no asistencia a la
Eucaristía dominical, y no digamos nada del sacramento de la
confesión. Algo socialmente aceptado es el mal uso que se suele hacer del
alcohol, entre otras sustancias, durante las noches de fiesta; y no digamos
nada de cómo algunos tratan a algunas y algunas se dejan tratar por algunos
cuando se desinhiben empañando la imagen que Dios ha puesto en ellos. Recordemos
hermanos que somos cristianos, y por eso digo esto. Somos cristianos, pero
acostumbrados a usos que no son los nuestros.
Del mismo modo que el pueblo hebreo salió del
destierro en Babilonia para repoblar la ciudad de Jerusalén y levantar de nuevo
el sagrado Templo y para ello el pueblo prestó
toda la atención para
escuchar la Ley de Dios,
tal y como nos cuenta el libro de Nehemías; del mismo modo nosotros, estamos
urgidos a abandonar y romper con todo aquello que nos separe de Cristo, nuestro
Señor. Cristo, haciendo suyas las palabras del profeta Isaías, dice: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque
él me ha ungido». Cristo está bajo los efectos del Espíritu Santo; Cristo
está poseído por ese amor profundo que brota del corazón de Dios Padre. Nosotros
abandonaremos los efectos de esos tranquilizantes de nuestra conciencia que nos
impide el crecimiento y el cambio en la vida cristiana en la medida en que
vivamos como Él, aprendamos los secretos del Reino, seamos obedientes a sus
divinas palabras, palabras apremiantes y exigentes. Es plantearse la existencia
de la siguiente manera: Jesucristo, aunque yo no soy digno de que entres bajo
mi techo, deseo que mi elección por ti sea fruto de una respuesta firme y
decidida, para que escuchándote solo a ti, mi Señor, yo abandone mi particular
destierro. Así sea.
jueves, 17 de enero de 2013
Homilía del segundo domingo del tiempo ordinario, ciclo c
HOMILÍA DEL SEGUNDO DOMINGO ORDINARIO, ciclo c, Is 62,1-5; Sal 95; 1Cor 12,4-11;Jn 2,1-11
Hermanos, Cristo está resucitado y
ese mismo Cristo hoy nos ha hablado. Habla con autoridad porque tiene un
entendimiento pleno de nuestra existencia. Dice el Salmo 138: «Señor, tú me sondeas y me conoces; me
conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares». Y Jesucristo,
cuando habla no se dirige a una masa de personas, no lanza discursos ante
multitudes; sino que se aproxima a tu lado, te lanza una mirada de cariño, y te
habla directamente al centro de tu corazón. Como si fuese un médico que hubiese
diagnosticado al milímetro tu enfermedad y corre a por el remedio para sanarte…
así se comporta Jesucristo contigo y conmigo.
Las personas entendidas cuentan que
la manera más común de localizar puntos en la superficie de nuestro planeta es
usando la latitud y la longitud; de este modo sabemos localizar una isla, un
país e incluso un barco en medio del inmenso océano. Por ejemplo, la ciudad de
Palencia está situada 42 grados de latitud Norte y 4,32 grados de longitud
Oeste. O por ejemplo Bamako, que es la capital de la República de Mali, que se
encuentra en la actualidad azotada ferozmente por la violencia, se encuentra en
12 grados 39 minutos de latitud Norte y menos
8 grados de longitud Oeste. Pues bien hermanos, Dios conoce con una
exactitud matemática en qué longitud y latitud está nuestra alma, nuestra vida
espiritual, nuestros pensamientos, nuestras acciones y omisiones, todo el
bagaje de nuestra existencia. Recordemos que Jesucristo es el Camino y sabe, a
la perfección, por donde tenemos que ir para ser conducidos a la Vida Eterna. Como Buen Pastor llega hasta nosotros, se toma
la molestia de ir a buscarnos, uno a uno, en ese punto geográfico determinado
para cargarnos entre sus hombros y sanarnos las heridas. Muchos jóvenes y no
tan jóvenes necesitan descubrir el amor al saber, al estudio y al trabajo.
Necesitan descubrir esa satisfacción profunda que uno experimenta cuando todas
las capacidades son puestas al servicio de los demás. Muchos matrimonios
jóvenes así como las jóvenes generaciones necesitan conocer con cierta
profundidad y precisión el verdadero sentido de la libertad, de la
inteligencia, de la responsabilidad y de la sociabilidad, de la muerte y de la
inmoralidad y del verdadero progreso humano. Realmente estamos muy
desorientados y con nuestras propias fuerzas no podemos porque estamos inmersos
en un mundo pluralista y confuso. Por eso es importantísimo estar bien fundados en Cristo, bien aferrados al Señor, con todas
nuestras fuerzas, sin escatimar esfuerzos. Cristo convirtió el agua en vino;
convirtió esa agua en algo totalmente nuevo capaz de sacarnos de nuestra
particular miseria. Ese vino recién convertido es la alianza de amor
indestructible. Nuestra alma estaba flácida, decaída, mustia y Jesucristo nos
la ha reverdecido. Como si enviase helicópteros de rescate, conociendo nuestra ubicación exacta, nos RESCATA
proporcionaNDONOS una nueva concepción de nuestra vida, de nuestras
familias, de todo lo que engloba nuestro ser. Cristo hace nuevas todas las
cosas (Cfr. Ap 21,5). ¿Se acuerdan ustedes de aquella conversación que mantuvo
aquella noche Jesús con Nicodemo cuando le dijo que debíamos nacer de nuevo de
lo alto? (Cfr. Jn 3,3), pues a esto se refería. Nuestra existencia que es el
agua, en Cristo y con Cristo, la eleva, se enriquece de tal forma que se
transforma en ese vino nuevo que es la alegría espiritual ya que percibe cómo
Jesucristo está en medio de ese matrimonio, de ese hogar, de esa familia. Dios
quiere nuestra salvación, Dios desea ponernos una diadema real, lo dice el
profeta Isaías, pues hermanos, ojala que
nuestra existencia esté en la misma latitud y longitud que la de Dios.
Así sea.
Los Centros de Orientación Familiar de la Iglesia ayudan a superar problemas de relación y comunicación
Los Centros de Orientación Familiar de la Iglesia ayudan a superar problemas de relación y comunicación
J. de Aldecoa
Sun, 30 Dec 2012 16:30:00
De
la boda a la Plaza de Colón: Jacobo Peláez y Patricia Peigneux se
casaron ayer. Ella estuvo alejada de la fe un tiempo, pero en la boda de
una amiga cristiana empezó a hacerse preguntas y volvió a la Iglesia en
las catequesis del Camino Neocatecumenal. Recomiendan cursos de novios
como «Gift and Task» y no tienen miedo a nada «porque quien garantiza la
ayuda en nuestro matrimonio es Dios». Hoy ellos vuelan hacia la India,
pero sus padres y parientes estarán en la Plaza de Colón
«La Iglesia es la máxima defensora de la familia, como el lugar para la defensa de la vida y el desarrollo de la persona», asegura Amaya Azcona. Ella lo ha podido ver muy de cerca desde el Centro de Orientación Familiar (COF) de la diócesis de Getafe donde colabora. Estos centros nacidos en las últimas décadas forman una red extendida por casi todas las diócesis de España y prestan una ayuda directa y concreta para orientar «a las familias para que solucionen sus problemas».
«Nosotros trabajamos con la persona», señala Amaya. «Tenemos muchos casos de falta de comunicación, de inmadurez, de desequilibrio en la relación de poder, de tensiones por la gestión del tiempo o del dinero, de transmisión de valores a los hijos. Muchas veces problemas grandes, como una infidelidad, tienen debajo problemas anteriores y más pequeños que no se han tratado. Los problemas más comunes están en la estructura y la comunicación de la familia», explica. En un COF no sólo ayudan a resolver crisis de pareja sino también «problemas con los hijos o problemas con terceras personas como suegros, abuelos, etc. Tratamos el tipo de relación que tienen. No tratamos patologías. Si existe una patología la derivamos a un especialista. Gracias a Dios y a la Iglesia, y siempre que la familia quiera, los problemas tienen solución». Para ello, «acompañamos a las familias, iluminando y orientando humana y espiritualmente. Ayudamos a todos. Consideramos a la familia como un sistema compuesto por múltiples elementos relacionados entre sí. El orientador cambia el foco de visión. Si un niño tiene un problema, la familia tiene un problema. Y la solución pasa por modificar comportamientos de todos».
Por eso, ella anima a que nadie se rinda. «Si tienes problemas, ir al COF te será muy útil», insiste.
Una familia estable es posible
Amaya Azcona tiene 7 hijos, está muy implicada en el Foro Español de la Familia y ve claro que «la sociedad necesita familias estables y los Centros de Orientación ayudan a ello». El modelo cristiano, exigente, también aporta estabilidad. «La familia cristiana es la esperanza para hoy y para mañana», afirma.
«La Iglesia es la máxima defensora de la familia, como el lugar para la defensa de la vida y el desarrollo de la persona», asegura Amaya Azcona. Ella lo ha podido ver muy de cerca desde el Centro de Orientación Familiar (COF) de la diócesis de Getafe donde colabora. Estos centros nacidos en las últimas décadas forman una red extendida por casi todas las diócesis de España y prestan una ayuda directa y concreta para orientar «a las familias para que solucionen sus problemas».
«Nosotros trabajamos con la persona», señala Amaya. «Tenemos muchos casos de falta de comunicación, de inmadurez, de desequilibrio en la relación de poder, de tensiones por la gestión del tiempo o del dinero, de transmisión de valores a los hijos. Muchas veces problemas grandes, como una infidelidad, tienen debajo problemas anteriores y más pequeños que no se han tratado. Los problemas más comunes están en la estructura y la comunicación de la familia», explica. En un COF no sólo ayudan a resolver crisis de pareja sino también «problemas con los hijos o problemas con terceras personas como suegros, abuelos, etc. Tratamos el tipo de relación que tienen. No tratamos patologías. Si existe una patología la derivamos a un especialista. Gracias a Dios y a la Iglesia, y siempre que la familia quiera, los problemas tienen solución». Para ello, «acompañamos a las familias, iluminando y orientando humana y espiritualmente. Ayudamos a todos. Consideramos a la familia como un sistema compuesto por múltiples elementos relacionados entre sí. El orientador cambia el foco de visión. Si un niño tiene un problema, la familia tiene un problema. Y la solución pasa por modificar comportamientos de todos».
Por eso, ella anima a que nadie se rinda. «Si tienes problemas, ir al COF te será muy útil», insiste.
Una familia estable es posible
Amaya Azcona tiene 7 hijos, está muy implicada en el Foro Español de la Familia y ve claro que «la sociedad necesita familias estables y los Centros de Orientación ayudan a ello». El modelo cristiano, exigente, también aporta estabilidad. «La familia cristiana es la esperanza para hoy y para mañana», afirma.
Sí a las Capillas Universitarias abiertas en la Universidad Complutense de Madrid
REDACCIÓN HO.- La Universidad Complutense denunció el pasado mes de noviembre el acuerdo con el Arzobispado de Madrid, que regula los servicios de la Iglesia Católica a la comunidad universitaria.
El diario La Gaceta ha destacado en su portada de este jueves 3 de diciembre que la Universidad "quiere cerrar las capillas" y señala al decano de Geografía e Historia, Luis Enrique Otero Carvajal, como el primer interesado en la clausura de los oratorios y en la prohibición de los símbolos y las manifestaciones cristianas en el campus.
Según el diario del grupo Intereconomía, el profesor Otero Carvajal encabeza la delegación de la Universidad Complutense que ha empezado a hablar con el Arzobispado de Madrid sobre el cierre de las capillas, el mismo que ya intentó que la capilla de su propia Facultad fuera inservible para el servicio religioso.
Por su parte, la Archidiócesis ha formado una delegación encabezada por el obispo auxiliar, monseñor César Franco, siempre de acuerdo con La Gaceta, que se basa en "fuentes bien informadas"
El profesor Otero Carvajal es autor o director, entre otros libros y artículos individuales y colectivos, de La destrucción de la ciencia en España: depuración universitaria durante el franquismo; La larga sombra de mayo del 68; ¿Es posible una nueva izquierda?, o La lucha por la modernidad: la Junta de Ampliación de Estudios y las ciencias naturales.
Experto en el régimen de la Restauración, también es un significado activista de la izquierda totalitaria en la Universidad y el más acérrimo promotor de la intolerancia laicista a los católicos de la Complutense.
La Gaceta recuerda que el cierre de las capillas es una vieja reclamación de este decano, un asunto que ya ha llevado a la Junta de la Facultad que dirige y también al Claustro de la UCM, por ahora sin éxito.
El rector José Carrillo ha delegado en este notorio enemigo de la libertad religiosa los contactos con el Arzobispado para revisar el acuerdo firmado en 1992 por monseñor Ángel Suquía y el rector Gustavo Villapalos.
El cierre de los oratorios abiertos en nueve facultades de la Universidad Complutense está sobre la mesa y es el primer objetivo de la delegación complutense en las negociaciones, según La Gaceta.
El coste de este servicio para la institución académica es cero. Los capellanes se encargan de mantener las capillas y el Arzobispado sufraga sus gastos.
Con la Universidad en quiebra y el prestigio científico dañado por las constantes huelgas y asambleas, la primera universidad pública de España no aparece en ninguno de los ránking de excelencia universitaria del mundo, pero su rector quiere pasar a la historia como el que cerró las capillas y prohibió a los católicos reunirse para vivir su fe.
Estamos a tiempo de frenar este ataque a la libertad religiosa.
Exige al rector José Carrillo que cumpla el acuerdo con el Arzobispado y deje de acosar a los alumnos, profesores y personal no docente cristianos.
Firma tu petición para que la Universidad Complutense mantenga abiertas las capillas y activos los servicios que prestan a la comunidad universitaria.
El diario La Gaceta ha destacado en su portada de este jueves 3 de diciembre que la Universidad "quiere cerrar las capillas" y señala al decano de Geografía e Historia, Luis Enrique Otero Carvajal, como el primer interesado en la clausura de los oratorios y en la prohibición de los símbolos y las manifestaciones cristianas en el campus.
Según el diario del grupo Intereconomía, el profesor Otero Carvajal encabeza la delegación de la Universidad Complutense que ha empezado a hablar con el Arzobispado de Madrid sobre el cierre de las capillas, el mismo que ya intentó que la capilla de su propia Facultad fuera inservible para el servicio religioso.
Por su parte, la Archidiócesis ha formado una delegación encabezada por el obispo auxiliar, monseñor César Franco, siempre de acuerdo con La Gaceta, que se basa en "fuentes bien informadas"
El profesor Otero Carvajal es autor o director, entre otros libros y artículos individuales y colectivos, de La destrucción de la ciencia en España: depuración universitaria durante el franquismo; La larga sombra de mayo del 68; ¿Es posible una nueva izquierda?, o La lucha por la modernidad: la Junta de Ampliación de Estudios y las ciencias naturales.
Experto en el régimen de la Restauración, también es un significado activista de la izquierda totalitaria en la Universidad y el más acérrimo promotor de la intolerancia laicista a los católicos de la Complutense.
La Gaceta recuerda que el cierre de las capillas es una vieja reclamación de este decano, un asunto que ya ha llevado a la Junta de la Facultad que dirige y también al Claustro de la UCM, por ahora sin éxito.
El rector José Carrillo ha delegado en este notorio enemigo de la libertad religiosa los contactos con el Arzobispado para revisar el acuerdo firmado en 1992 por monseñor Ángel Suquía y el rector Gustavo Villapalos.
El cierre de los oratorios abiertos en nueve facultades de la Universidad Complutense está sobre la mesa y es el primer objetivo de la delegación complutense en las negociaciones, según La Gaceta.
El coste de este servicio para la institución académica es cero. Los capellanes se encargan de mantener las capillas y el Arzobispado sufraga sus gastos.
Con la Universidad en quiebra y el prestigio científico dañado por las constantes huelgas y asambleas, la primera universidad pública de España no aparece en ninguno de los ránking de excelencia universitaria del mundo, pero su rector quiere pasar a la historia como el que cerró las capillas y prohibió a los católicos reunirse para vivir su fe.
Estamos a tiempo de frenar este ataque a la libertad religiosa.
Exige al rector José Carrillo que cumpla el acuerdo con el Arzobispado y deje de acosar a los alumnos, profesores y personal no docente cristianos.
Firma tu petición para que la Universidad Complutense mantenga abiertas las capillas y activos los servicios que prestan a la comunidad universitaria.
Apoya a los cristianos hostigados en el campus: exige al rector José Carrillo que respete la libertad religiosa
No es una concesión, es un derecho fundamental: paremos la intolerancia religiosa en el campus
FUENTE: http://www.hazteoir.org/alerta/50463-firma-oratorios-abiertos-en-la-universidad-complutense?sid=Mzg3MzQ2OTEwMDU1Mzk%3D
Carrillo quiere clausurar las capillas de la Universidad Complutense
-
- fensiva laicista
- Carrillo quiere clausurar las capillas de la Universidad
- JESÚS DEL PINO
- El rector ha denunciado el acuerdo firmado con la iglesia en el 92 que regula la presencia de oratorios.
-
Tras las diversas polémicas acaecidas hace algo más de un año con las capillas universitarias como protagonistas, el rector de la Complutense, José Carrillo, ha decidido dar un paso al frente para reducir a la mínima expresión la presencia religiosa en el centro, y para ello quiere liquidar el convenio firmado con el Arzobispado hace dos décadas. Su principal objetivo en la Complutense es clausurar las capillas de las facultades. Sin embargo, las autoridades educativas no pueden cerrar los oratorios unilateralmente, pues su presencia está regulada por los acuerdos religiosos que en 1992 firmaron el ex rector de la Universidad, Gustavo Villapalos, y monseñor Ángel Suquía, por entonces arzobispo de Madrid. El único mecanismo con que cuentan para lograr dicho fin pasa por una modificación de esa suerte de concordato. Y ya se han puesto manos a la obra.Según ha podido saber LA GACETA, el pasado mes de noviembre el Rectorado de la Complutense notificó al Arzobispado de Madrid la denuncia del convenio, que, entre otros muchos puntos, da cobertura legal a los espacios de culto que, actualmente, permanecen abiertos en nueve facultades. Llegaba, pues, el momento de negociar, para lo que se constituyó una comisión encargada de elaborar un texto modificado. Por el momento, dos delegaciones, una por parte interesada, formadas por tres personas cada una, han sido las encargadas de establecer, discretamente, las primeras tomas de contacto, si bien las conversaciones se antojan arduas y, según se prevé, el pacto se dilatará en el tiempo. Así lo aseguran a este diario fuentes cercanas a la negociación que sitúan al arzobispo auxiliar de la diócesis de Madrid, César Franco, y al delegado de Pastoral Universitaria en la legación episcopal. Luis Enrique Otero Carvajal, decano de la Geografía e Historia, es quien encabeza la representación de la Universidad.Precisamente es Otero Carvajal quien lidera la cruzada anti-concordato y, según detallan las citadas fuentes, quien instó a Carrillo a denunciarlo. El rector, de hecho, no se ha implicado demasiado y ha dado carta blanca al decano de Historia para alcanzar un nuevo convenio. O lo que es lo mismo, ha puesto al zorro a cuidar de las gallinas. Y es que Otero Novas, prolífico activista de izquierdas, es un destacado militante contra la presencia religiosa en el campus universitario. Desde hace un par de años ha tratado, por varias vías, de cerrar el oratorio del centro que dirige e incluso ha planteado la clausura en la Junta de la Facultad de Geografía e Historia en repetidas ocasiones. Eso sí, sin éxito, pues con los acuerdos religiosos en vigor, tiene las manos atadas. Ahora será juez y parte.Contrariamente a lo que pudiera pensarse, y dada la quiebra técnica en que se encuentra la Complutense, no han sido aspectos financieros los que han motivado la denuncia, recalcan quienes están al tanto del asunto, que explican que las capellanías no suponen gasto alguno para la Universidad. De hecho, aunque esos acuerdos, ahora con los días contados, recogían que la Universidad se encargaría de las remuneraciones de los capellanes de las facultades, dicho punto nunca ha llegado a cumplirse. Es el clero quien sufraga tanto las asignaciones a los religiosos como el mantenimiento de los oratorios. Se trata, pues, de una batalla más política e ideológica que económica.
Profanaciones y asaltosLas capillas de las facultades de la Complutense saltaron a la palestra en marzo de 2011 cuando un oratorio del campus de Somosaguas fue “profanado”, en palabras del Arzobispado, por un grupo de jóvenes. Entre 25 y 50 estudiantes asaltaron la sala y, desnudas de cintura para arriba, se besaron en el altar para protestar, según adujeron, “contra el sistema patriarcal y el poder de la Iglesia”. Posteriormente vendrían caceroladas y pintadas en paredes de varias capillas. Desde entonces su presencia no ha dejado de ser cuestionada por parte de ciertos sectores. Así, el anterior rector, Carlos Berzosa, condenó los hechos al tiempo que, de forma personal, se mostró contrario a la apertura de los lugares de culto si bien no se atrevió a ir más lejos. Ahora Carrillo sí parece dispuesto a ello.
FUENTE: http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/carrillo-propone-cierre-capillas-complutense-20130103
domingo, 13 de enero de 2013
Homilía del Bautismo del Señor 2013, ciclo c
Bautismo del Señor 2013
Is 40,1
3,15-16.21-22-5.9-11/ Sal 103/ Tit 2,11-14; 3,4-7/ Lc 3,15-16.21-22
La Palabra de Dios
proclamada hoy ante esta Asamblea nos debería ayudar a revisar nuestra vida personal
y comunitaria. Muchas veces resulta muy complicado poder hablar de realidades
espirituales y más complejo es acompañar en la vida de fe a las personas que lo
deseen. A modo de ejemplo: cuando nos llega la factura de la electricidad
enseguida nos percatamos de lo gastado y de los kilovatios consumidos. Esa
electricidad nos ha servido para alumbrar la casa, para calentarnos, para los
electrodomésticos así como para un sinfín de cosas. Pero centrémonos en la luz
que nos aporta la electricidad. Cuando llega la noche y no nos llega la
corriente eléctrica a nuestra casa enseguida nos percatamos de la oscuridad y
echamos de menos la claridad. Pagamos por tener luz y cuando no podemos
disponer de ella la queremos recuperar cuanto antes. Pues bien, en la vida
espiritual la luz es Jesucristo y mencionada luz es gratuita, no tenemos que
pagar la factura energética, y en cambio se tiende a vivir en medio de la
oscuridad, entre las tinieblas. Y me pueden preguntar ¿cómo se puede saber si
un cristiano consume mucha o poca luz, está haciendo más o menos caso a
Jesucristo? Lo primero reconociendo si en su vida se está haciendo presente el
pecado… de estar en pecado se está muy distante, muy lejos de la luz que es
Cristo. Realmente consumimos muy pocos kilovatios espirituales de la luz de
Cristo.
Y si se han
dado cuenta, en la segunda lectura, en la epístola de San Pablo a Tito se le
está diciendo que esa primera comunidad cristiana está muy tibia en la fe, que
están muy descafeinados. Tito, que es un gran colaborador de San Pablo y que
está al frente de la iglesia de Creta, recibe una carta de San Pablo cuyo
contenido es muy claro. Esa comunidad está atravesando momentos muy delicados.
No creamos que en las primeras comunidades cristianas ‘era oro todo lo que
relucía’. Tal vez pensemos que esta comunidad cristiana al estar más próxima
históricamente a la persona de Jesucristo tuviesen el ardor de la fe y la
pasión por el Señor más encendida. Pues lo cierto es que algo debería de estar
sucediendo para que en esta carta San Pablo les dijese cosas como estas: «Ha aparecido la gracia de Dios, (…)
enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya
desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa». En realidad estas
palabras nos llaman a todos a realizar un examen de conciencia profundo para
conocer el estado de nuestra vida espiritual. Me parece que estas palabras
dejan entrever que esta comunidad de Tito estaba ahorrando muchos kilovatios de
la electricidad que Cristo regala, y cuando uno no se ilumina con la luz divina
se termina adentrando en la oscuridad que aleja de la vida sobria, honrada y
religiosa. ¿No creen ustedes que tal vez nosotros estemos siendo muy rácanos a
la hora de gastar de la luz de Cristo Jesús? Recordemos que la ausencia de la
luz es la oscuridad y la oscuridad en la vida cristiana tiene un nombre:
pecado. Y me pueden preguntar, ¿por qué tenemos que dejarnos iluminar por la
luz que surge de la persona de Jesucristo?¿por que cada cual no puede vivir su
vida cristiana como a cada cual le convenga?¿qué es lo que nos obliga a ser
iluminados? Pues hermanos, hay una realidad que nos hace vivir en tensión y que
no permite que nuestra conciencia se relaje y se estire más que una goma de las
que es usan para las coletas. La realidad que nos hace estar en una tensión
gozosa es que «somos herederos de la vida
eterna».
Al ser
bautizados entremos a formar parte de la gran familia de la Iglesia pudiendo
llamar a Dios con el nombre de Padre y si somos sus hijos también seremos sus
herederos. Que nuestra vida sea un constante estar consumiendo de esos
kilovatios de electricidad en la vida espiritual. Así sea.
sábado, 5 de enero de 2013
Homilia de la Epifanía 2013
EPINAFÍA 2013
La venida de Cristo suscita en el mundo un movimiento espiritual
que nunca terminará: Los pastores de Belén, los ancianos Simeón y Ana, los
Magos… y nosotros nos sumamos a esta caravana humana. La sola presencia de Jesucristo nos proyecta una luz que
hace que nos pongamos en camino, porque hemos descubierto algo que antes
desconocíamos y que ahora no podemos vivir sin ello. Es tanto lo que nos
enriquece en nuestra existencia cotidiana que nos da coraje el no haberlo
descubierto antes y hacemos nuestro esas palabras de San Agustín: « ¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan
nueva, tarde te amé!».
Los
pastores de Belén que pasaban la noche al raso velando sus rebaños tras el
anuncio gozoso del ángel fueron de
prisa, con paso muy ligero, buscando a aquel Niño acostado en el
pesebre. Los Magos orientaron sus pasos y se
dejaron guiar por la
estrella. El anciano Simeón
acudió al Templo movidos por el Espíritu Santo para tomar
entre sus brazos al Niño Jesús y bendecir a Dios diciendo esta plegaria de este
anciano que es la culminación gloriosa de una vida al encontrar la plenitud de
la felicidad: «Ahora, Señor, según tu
promesa, puedes dejar que tu siervo muera en paz. Mis ojos han visto a tu
Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos, como luz para iluminar
a las naciones y gloria de tu pueblo Israel» (Lc. 2,25-32). Y la anciana
profetisa Ana, la cual no se apartaba del Templo dando culto al Señor día y
noche, también experimentó ese
movimiento espiritual que la condujo ante el Niño Jesús cuando sus
padres estaban cumpliendo con la ley de Moisés al presentar a su primogénito en
el Templo de Jerusalén (Lc. 2,36-38). Caminar hacia Cristo, orientarnos hacia
Él. He aquí el deber de los cristianos. Este seguir buscando a Cristo ocupa y
abarca toda la vida. Todos los tramos de la vida, nuestra infancia, nuestra
adolescencia, nuestra juventud, nuestra madurez y nuestra ancianidad, con todo
lo que vivimos en cada una de estas etapas, ya sea los estudios, los amigos, la
novia o el novio, el matrimonio o la vida consagrada, los nietos y familiares,
las enfermedades y sufrimientos junto con las alegrías que nos
proporcionan….todo y en todo el Espíritu
Santo nos adentra en esa dinámica que nos genera un gozo indescriptible
para dejarnos guiar por la estrella que es Jesucristo. Él proyecta su luz en
nosotros y constatamos que con Él lo podemos todo y sin él somos como espectros
que vagan sin sentido de un lado para otro.
Nos vemos reprensados en los Magos cuando buscan.
Representan al hombre que recibe el rayo de la fe, que responde a esa llamada, que avanza en esa peregrinación, que
llega a un encuentro, y ese encuentro se convierte en un nuevo punto de partida
hacia otro más intenso y pleno.
Hermanos, quizá estemos cometiendo
una equivocación, y es de sabios rectificar. Tal vez, en nuestra particular
existencia personal tengamos echada el ancla de la barca de nuestra vida y nos encontremos
como estancados en ese movimiento espiritual que Jesucristo nos invita. Quizás
creamos que esto de la fe y de la
Iglesia no da para más, y poco más nos puede aportar a titulo
personal, familiar o comunitario. Quizás nos hayamos acostumbrado a la rutina,
a lo de siempre y nuestros ojos se hayan acostumbrado a la oscuridad tal y le
sucede a los topos que están moviéndose bajo tierra, alejados de la luz. Hermanos,
ya va siendo hora de ir acostumbrando las retinas de nuestros ojos ante la
claridad que la persona de Jesucristo dejándonos
mover espiritualmente por el Espíritu Santo de Dios. Así sea.
miércoles, 2 de enero de 2013
Navidad...regalo infinito
NAVIDAD
Una divina flor ha florecido
los ángeles muy felices volarán
todos en el camino ya estarán
pues llega el regalo elegido
En un pobre pesebre ha nacido
los humildes pastores le cantarán
los ilustres magos le adorarán
el bello Sol ya ha amanecido
Navidad, época dulce, preciosa
reúnes a la familia hermosa
pues encuentras la verdadera razón
Navidad, época dulce, preciosa
tantos regalos te hacen famosa
es hora de abrir tu gran corazón.
Sheila García Calzada
Suscribirse a:
Entradas (Atom)