DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B
Hermanos, les tengo que reconocer que me siento muy identificado con muchas de las cosas que les sucedió al pueblo hebreo en su camino de fe. Dense cuenta ustedes. Dios escucha el clamor de sufrimiento del pueblo oprimido bajo el yugo del faraón de Egipto. Ante esto Dios ‘toma cartas en el asunto’ y llama a Moisés para que sea el caudillo que conduzca a su pueblo a la libertad, y como la fuerza de Dios estaba con Moisés lo consiguieron. Pasaron penurias por el desierto durante el transcurso de los cuarenta años hasta que llegaron a la tierra prometida. Durante este penoso recorrido muchos de los israelitas, en vez de estar agradecidos a Dios por el don valioso de la libertad, se ponen a murmurar, a ‘crear un mal clima’, a atacar a Moisés y a burlarse de Dios. Mucha gente buena del pueblo que esta atravesando momentos de crisis de fe por no entender lo que les estaba sucediendo fueron contaminados y perjudicados por esta mala gente ya que se dejaron llevar o les convencieron. Otros en cambio se reafirmaron en su confianza en los designios divinos. Queda muy poco para llegar a la tierra prometida y Moisés fallece. Toma el relevo Josué y al llegar a la tierra prometida y lo primero que hace es congregar al pueblo y les pone ‘las cartas sobre la mesa’, y con toda la claridad les dice: «Si no os parece bien servir al Señor escoged a quien servir: a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis». En otras palabras, Josué está poniendo al pueblo en esta tesitura: Hemos estado soportando como si fuese pedruscos enormes el comportamiento lamentable de muchos de los que durante cuarenta años hemos caminado de la esclavitud a la libertad. Y les dice Josué, ahora haced lo que os dé la gana, cada cual es responsable de sus acciones. Y por eso Josué da testimonio públicamente de lo que está dispuesto hacer y les dice con toda la claridad: «Yo y mi casa serviremos al Señor». Josué plantea al pueblo que ya es hora de hacer una opción clara por seguir a Dios.
Jesucristo en el Evangelio de hoy nos lo encontramos un poco preocupado. Muchos discípulos abandonan a Jesús porque su mensaje es exigente. Hay gente que ya hace una opción clara por abandonar a Jesús. Cristo defiende su doctrina frente al relativismo. Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida… y lo que era malo antes lo sigue siendo ahora; y lo que era bueno antes lo sigue siendo ahora. Una cosa no es buena porque esté permitida o el que legisle lo diga, sino que es buena porque en sí misma es buena. Por ejemplo: La pena de muerte está permitida y legal en determinados estados de los Estados Unidos y no es aceptable moralmente. El aborto es legal pero es claramente inmoral y totalmente inaceptable.
Y ante esta confusión reinante generada por la exigencia del mensaje de Jesucristo se produce la gran estampida de personal. Es entonces cuando Jesús hace la famosa pregunta a sus apóstoles: «¿También vosotros queréis marcharos?»
Y en medio de esa gran deserción hubo una persona que se fió de las duras palabras de Jesús y supo tener la lucidez de optar por fiarse de Él: “¡Señor!, ¿a quien iremos? `¡Tú tienes Palabras de vida eterna!”
2 comentarios:
Buenas noches;
La sociedad sea pasada, actual o futura…nos hace muy complicado seguir a Cristo. Surgen varios obstáculos que nos alejan más y más de Él. No nos damos cuenta que a pesar de la ayuda que nos ofrece, nosotros no la aceptamos, la ignoramos y nos dejamos guiar por la apetencia, lo que nosotros mismos creemos que es lo correcto.
Sin embargo, aquí es donde erramos, por la sencilla razón de que Él es quien sabe lo que de verdad nos conviene a cada uno de nosotros. Si nos alejamos será muy difícil escuchar su voz cuando nos esté dando las pautas o los pasos que debamos realizar.
Como usted dice, Él nos ofrece dejarle, y buscar otros métodos o a otra persona…¿pero quién va a ser mejor guía que Él, que es quien nos ayuda, nos ama, quien da TODO por nuestro bien...?
A pesar de los largos cuarenta años, a pesar de la mala gente que dificultaba la creencia en el camino...algunas personas lograron el verdadero objetivo.
La pregunta a la que usted hace referencia, sobre lo que dijo Jesús a sus apóstoles, me ha llamado la atención “¿También vosotros queréis marcharos?” . Esa pregunta, en su tiempo, provocaría varias miradas entre los presentes hasta que se dieron las primeras palabras...sin embargo ahora lo que pasaría sería muy distinto. En nuestro tiempo, algunas personas deberían preguntarse otra cuestión para responder a la anterior…” ¿Cómo vamos a marcharnos si ni siquiera hemos comenzado a seguirle?”.
Yo he comenzado a seguirle después de algunos años, no se si he comenzado tarde o no, soy una chica que voy a cumplir los dieciocho años dentro de unos meses, pero he comenzado y es lo que de verdad importa creo yo. Espero seguir adelante, gracias a que Él y mi sacerdote me saben llevar por el buen camino.
Ojala que mucha más gente, tenga la edad que tenga, continúe su vida por la línea que yo estoy llevando acabo.
Tengo que reconocer que me he alegrado considerablemente al leer este mensaje. Creo que eres una persona que vas abriendo los ojos ante las maravillas que Dios te va planteando. No sé quien será ese sacerdote, pero sin lugar a dudas que lo tendrá difícil porque anunciar a Cristo a los jóvenes es todo un desafío y no todos se quieren complicar la vida en esa tarea. Me gusta mucho la pregunta que lanzas, "¿cómo vamos a marcharnos si ni siquiera hemos comenzado a seguirle? Has dado en el clavo. Quiero alentarte en tu camino de fe y quiero que sepas que hay muchos jóvenes que también comparten esa experiencia de fe. Un abrazo.
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