jueves, 1 de septiembre de 2011

Homilía para una boda cristiana

MATRIMONIO DE ESTEBAN Y SORAYA

Esteban, Soraya hoy es un día muy importante para vosotros. Hoy al contraer matrimonio os vais a unir para toda la vida. Se va ha llevar a cabo una alianza de amor y esa alianza en Cristo consiste en la entrega al otro cónyuge a lo largo de todo el Matrimonio, de modo semejante a como Cristo se entregó por la Iglesia. Tú, Esteban te entregas totalmente y sin reservas a Soraya, y a su vez Soraya te recibe en esa entrega tuya; del mismo modo Soraya se entrega totalmente a ti y tú, Esteban, la recibes sin reservas y con todo el corazón.

Esa entrega no se limita a los momentos en los que las cosas van bien, sino que es una entrega para siempre. Es una completa y mutua donación de la persona: «Yo soy tuyo y tú eres mía» y «yo soy tuya y tú eres mío». El Matrimonio cristiano, en cuanto que tiene tres protagonistas, es una alianza a tres bandas: el esposo, la esposa y Jesucristo. Los tres están llamados a formar una unidad, una piña indestructible, una comunión presidida por el amor y ejercitada a diario mediante la mutua entrega.

San Pablo escribe en una de sus epístolas que, al sentirse pecador y esclavizado por la ley del pecado, clamó al Cielo, diciendo: «¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? »... La respuesta le vino de inmediato: «la gracia de Dios por medio de Jesucristo Señor Nuestro». Esteban y Soraya, también en el Matrimonio cristiano se hace sentir la experiencia del mal; la unión del esposo y la esposa cristianos se puede ver amenazada por la disensión, el espíritu de dominio, los celos y diversos conflictos que, a veces, perturban la paz conyugal. Es el orgullo y el egoísmo, consecuencias de la culpa original y de los múltiples pecados personales que cometemos. Muchas veces ser fieles al compromiso adquirido os podrá parecer superior a las fuerzas humanas y, en efecto así es. ¿Cómo pueden el hombre y la mujer liberarse de este impulso egoísta y abrirse al amor? La respuesta viene del Señor, que nos dice, como a San Pablo: «Te basta mi gracia».

Todos los hombres y todas las mujeres –por mucho que a veces parezca ocultarlo- aspiran a llenar su corazón de un amor puro y grande, que significa donación a Dios y a los demás por Dios, de modo que no quede espacio para el amor propio desordenado. Y esto sólo resulta posible con la ayuda de la gracia divina, que sana, fortalece y eleva nuestra alma.

Si la gracia de Dios se pudiera comparar con la fuerza de la corriente eléctrica, los Sacramentos serían los interruptores que abren paso a esa corriente; cada vez que nos acerquemos con fe a recibirlos, se nos comunica la gracia de Jesucristo. Y ahora mismo, a Esteban y a Soraya se les está comunicando esa gracia divina para llevar a cabo su proyecto de amor cristiano para fundar un hogar donde Jesucristo tenga su lugar.

Nos dice la Madre Teresa de Calcuta: «Los filamentos de las bombillas son inútiles si no pasa la corriente. Vosotros, yo, somos los filamentos. La corriente es Dios. Tenemos la posibilidad de permitir a la corriente pasar a través de nosotros y de utilizarnos para producir la luz del mundo».

Esteban y Soraya, que la ayuda de Dios os asista siempre y que Nuestra Madre la Santísima Virgen, bajo la advocación de Ntra.Sra. de las Viñas os protega ahora y siempre.

1 comentario:

P. Milton Paz y Bien dijo...

Maravillosa descripcion del matrimonio en nuestros tiempos