Miércoles 27 de
octubre de 2021
Semana
XXX del Tiempo Ordinario, año impar
Radio María
A
todos los radio oyentes de Radio María, y de una manera más particular a
nuestros enfermos, mayores y a todos los que se encuentren en los hospitales,
residencias de ancianos o en sus casas, un cordial saludo en Cristo.
Hoy
Jesús nos dice una frase que nos ha podido quedar un tanto desconcertados: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha,
pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán».
Hay sacerdotes que
dicen que todos vamos al cielo, que el infierno no existe, que eso de
confesarse es algo del pasado, que lo importante es ser buenos ciudadanos y que
Satanás es un invento para meter miedo. Estos sacerdotes se piensan que la vida
cristiana es como una escalera mecánica –de esas que hay en el metro de Madrid
o en los grandes centros comerciales- que te va subiendo sin que tengas que
esforzarte por subir ni un escalón… ¡Pues como esos sacerdotes estén algo rellenitos
no entrarán por esa puerta estrecha ni haciendo un esfuerzo extraordinario por
meter la barriga para dentro! A todas luces esos curas no se han enterado de lo
que nos dice Jesucristo y terminan perjudicando a sus fieles.
Jesús quiere que tú
te salves y que seas santo. Él va a poner todo de su parte para que tú puedas
disfrutar de la salvación. Por eso estamos en la Iglesia, que es la gran
escuela de los discípulos del Señor, donde celebramos la fe, donde nos
confesamos, donde nos alimentamos de su Palabra y de su Cuerpo y Sangre, donde
rezamos y vamos aprendiendo a vivir como cristianos en medio de esta sociedad
en la que Dios no pinta nada.
Cuando Jesús nos dice
que ‘nos esforcemos por entrar por la puerta estrecha’, nos está diciendo que en
la vida cristiana es preciso integrar tanto
la ascética, que es el poner todo de nuestra parte; y junto a la
ascética está también la mística,
que es el ser dóciles a la acción del Espíritu, el dejar que el Espíritu actúe
en nosotros. Por eso en la primera de las lecturas nos escribe San Pablo y nos
cuenta que: «sabemos que a los que aman a
Dios todo les sirve para el bien». Dicho con otras palabras, déjate
moldear por el Espíritu, déjate hacer para que te enamores de Jesucristo y
le sigas adonde Él quiera que vayas. La ascética y la mística son como la cara
y la cruz de una misma moneda que nos ayudan a acoger el don de la salvación de
Dios.
Voy a usar una
imagen, una comparación, con todas las limitaciones que esto tiene para ayudar
a entender el modo de cómo podemos colaborar con la Gracia divina: Imagínense
ustedes un globo, de esos que se suelen usar en los cumpleaños. Supongamos
que ese globo lo hemos hinchado con el gas helio y así lo tenemos en el techo de
nuestro salón. Porque si el gas helio no está contenido dentro de ese globo,
ese globo no puede ascender, y por mucho que le inflemos con nuestros pulmones ese
globo no puede quedarse en lo alto del techo. En todo caso el globo quedará en
el suelo o sobre una silla o una mesa.
Jesús nos llama a que hagamos todo lo posible para que posibilitemos que la Gracia
de Dios entre en nuestra alma para que nos eleve a lo alto como ese globo lleno
de helio. ¿Qué medios podemos poner nosotros para colaborar activamente con la
Gracia divina, para ser un colaborador del Espíritu de Dios? Es decir ¿cómo
cultivar esa ascética cristiana?, pues confesándote, rezando, perdonando de
corazón y rezando por los que te han hecho algo malo... ‘Es que mi cura no
confiesa…, es que mi cura dice la misa del domingo en quince minutos, es que le
pido consejo espiritual y resulta que el cura está peor que yo’… Tú sé fiel
a Cristo, y ten en cuenta que el Demonio intentará que te desalientes y que
tires la toalla en tu vida cristiana. ¡Pero tú estate firme y fortalece los
músculos de tu alma, porque el Espíritu Santo constantemente te sostiene entre
sus alas!
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