sábado, 7 de junio de 2014

Homilía de Pentecostés 2014, ciclo a


PENTECOSTÉS 2014, ciclo a

            Por las tardes, cuando como Capellán del hospital voy visitando a los enfermos en sus habitaciones, suelen estar 'pegados al receptor de la televisión' viendo 'su telenovela'. Algunos se identifican tanto con sus protagonistas que llegan hasta a desear ese amor, esas vivencias o experiencias, las cuales no dejan de ser una mera interpretación de un trabajo de un guionista basadas en un sinfín de ilusiones.

            El verdadero amor es concreto, se basa en los hechos y no en palabras bonitas. No es algo que se conquista en un momento concreto y luego se 'viva de las rentas'. Algunos despistados están convencidos de que amar es buscar sus propios beneficios sacando el máximo de provecho de las circunstancias para aumentar su ego. Otros afirman, todo convencidos, que en el 'amor y en la guerra' todo vale, no dándose cuenta que cuando uno se busca a sí mismo ha desvirtuado el horizonte de lo que realmente se busca.

            En medio de todo este barullo ¿cómo poder aclararse uno las ideas?¿cómo poder de dejar de perder el tiempo buscando amores y deseos fugaces?¿cómo liberarnos de los ídolos que atan nuestros corazones? No hay una receta mágica para alcanzar la libertad plena en el amor; sólo hay un camino: JESUCRISTO, EL SEÑOR. Jesucristo es el fundamento único del amor verdadero. Y es Jesucristo el que, tanto a tí como a mí, nos está haciendo una exhortación: PERMANECE EN MI AMOR. Y nos sigue diciendo: NO PERMANEZCAS  EN EL ESPÍRITU DEL MUNDO, no permanezcas en la superficialidad, no permanezcas ni en la idolatría ni en la vanidad. No seas adicto a la fantasía, sino aférrate a la Cruz de Cristo para ser iluminado por su sabiduría e ir descubriendo la verdad de las cosas.

            Y ¿quién es capaz de poder hacer luz e ir discerniendo si vamos tras de Cristo o tras nuestros ídolos enmascarados? ¿Cómo saber si estamos avanzando por el CAMINO DE LA VIDA o estamos en las sendas de la perdición porque estamos siendo engañados por el Demonio? Nosotros ni con nuestras propias fuerzas ni con nuestros propios medios NO SOMOS CAPACES. Entonces ¿a quién recurriremos? ¿Quién nos puede socorrer?

            Cuando no se ama lo concreto se termina por no amar nada. No podemos amar ilusiones porque eso termina matándonos internamente. Es preciso amar todo aquello que Dios nos ha entregado como regalos. Las personas que tenemos al lado son regalos, aunque a alguno deseáramos cambiarlo. Y nosotros podemos amar lo concreto y con una intensidad infinita porque dentro de nosotros reside el ESPÍRITU SANTO de DIOS. Es el Espíritu Santo el que, como si fuera una potente linterna, nos permite ir descubriendo las huellas de Dios en nuestras vidas y nos permite poder decidirnos por la opción que Dios nos plantea. Como si estuviéramos adentrados en una cueva obscura y húmeda sin antorchas ni electricidad, perdidos y con la angustia de sabernos sin escapatoria corriendo serio peligro nuestra vida, así estábamos antes de ser asistidos por el Espíritu Santo. Ahora gozamos de este divino e infinito regalo que nos guía por las sendas justas por el honor de su nombre, porque gracias a su eficacia Jesucristo resucitado se hace presente y el amor de Dios Padre se hace manifiesto.

No hay comentarios: