18 DE JULIO DE 2012
Residencia de Santa Eugenia de Cevico de la Torre
Estimada Amada, Pilar y demás componentes del equipo directivo de esta querida residencia, queridos ancianos y trabajadoras de esta importante institución, hermanos y hermanas todos en Cristo.
Es muy complejo condensar en cuatro líneas todo el agradecimiento de este pueblo ceviqueño hacia esta fundación benéfica. Realmente es un regalo bastante valioso. Como en todos los lugares nos encontramos con dificultades pero siempre son subsanadas encontrando el modo más acertado de atender a nuestros mayores.
Nuestro benefactor, don Pedro Monedero, tal y como nos lo recoge su testamento, quiso que de sus bienes y rentas se edificase una Casa de Beneficiencia en Cevico de la Torre. Que se tendrían en cuenta las dimensiones de mencionada casa para que pudieran contener a ochenta ancianos y que mencionados mayores tuviesen una capillita para las atenciones religiosas. Don Pedro Monedero ya manifestaba que estos lugares de cultos habían de ser preferentes. Y tiene mucha razón porque si quitamos a Dios del medio, si arrinconamos a Dios… ¿con qué nos quedamos? Nuestra sociedad sufre una gran anemia de fe. Si alguien eliminase la fe de su vida se quería reducido a un sin sentido. Cuando uno porta a Cristo en su alma el anciano que uno tiene delante lejos de ser una carga es un regalo de Dios porque amando a esa criatura estás amando al Creador.
D. Pedro Monedero podía haber empleado su dinero para otros fines distintos… porque realmente no tenía ninguna obligación. De hecho todos tenemos la experiencia de lo que cuesta dar dinero. Pero por amor optó dejar sus posesiones pensando en los pobres. Incluso pensó en las raciones de pan y legumbre tanto de los pobres como de los trabajadores y parientes pobres.
Cuando uno entra en esta capilla enseguida se percata de la claridad que entra por las vidrieras del techo. Los rayos solares atraviesan los cristales policromados para proporcionarnos esta luminosidad. Nuestra alma se debería de asemejar a estas cristaleras. El sol que es Cristo debe de incidir en nuestra alma para iluminar las realidades cotidianas con la luz de la fe. Y es más, de hecho Cristo se empeña día y noche en ofrecernos sus rayos… pero depende de nosotros el permitirlos pasar o cerrar su paso.
Cuando andamos por el terreno de lo religioso nos tenemos que descalzar, porque es una realidad que nos supera, que nos trasciende. Enseguida cuando alguna opinión es diferente o disgusta a algunas personas se levanta una gran polvoreda sin tener en cuenta el daño ocasionado por el escándalo. Todos nos necesitamos y todos podemos aportar pero para poderlo hacer es preciso hacer un discernimiento a la luz de la fe por medio de la oración serena y pausada. San Agustín decía esta máxima preciosa: «En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, caridad».
Si don Pedro Monedero se hubiera dejado llevar por el desánimo, las críticas lanzadas contra su persona, las veces que le habrían llamado tonto por dejar el dinero a los pobres…ahora mismo el pueblo de Cevico no podría presumir de esta nuestra institución.
Dios es el Señor de la Historia, y todo lo que nos ocurre es un constante diálogo entre Él y cada uno de nosotros. Si eliminamos la fe de nuestra vida cotidiana todo se torna en hostil y reinará la constante crispación.
Don Pedro Monedero sabía que el mejor de los legados que podría dejar era una herencia totalmente impregnada de amor….aquí la tenemos y ahora la disfrutamos. Por eso, desde esta capilla le damos gracias a Dios por habernos colocado en el camino de la historia de este pueblo a tan importante benefactor.
1 comentario:
es una pena que muchos ceviqueños ignoren aún en recuerdo de quien y por que se celebra esta misa en la Residencia Santa Eugenia un 18 de julio.Para los que no conocimos a D. Pedro Monedero, solamente el ver su obra, que perdura despues de ciento doce años, nos puede muestra su vondad e inteligencia.
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