lunes, 5 de julio de 2010

Ahora me avergüenzo de ser español...

Editorial.
Nunca como ahora me he sentido tan avergonzado de ser español. Resulta en contrasentido después de tantos gritos de júbilo por las victorias de la selección española, sin embargo, yo deseo bajarme de este tren que genera sonrojo.
Cuando el sin sentido y el absurdo se aposentan en los gobernantes y gozan de inmunidad ante su enemigo la cordura, es entonces cuando hay que exigir que se pare este tren.
Si el precio de la democracia es la licitud del asesinato y entender el aborto como un derecho de las mujeres, yo señores, que me desapunten de la democracia.
No podemos sacrificar alegremente a seres humanos por un puñado de votos que chorrean sangre inocente.
Señores socialistas que siguen alzando el puño cantando ‘La internacional’, llegará algún día, cuando el pueblo español vuelva a resurgir de sus cenizas, que exigirá a los responsables actuales del gobierno socialista español, que sean juzgados por delitos de genocidio tal y como ha sucedido a lo largo de la historia con los tiranos.
Ustedes han confundido ‘la velocidad con el tocino’ ya que el olor suculento del poder les ha ofuscado la mente. Alucinan como alucinó Adolf Hither y todos aquellos dictadores crueles, los cuales ustedes también detestan.
No hay cosa más cobarde que matar a aquel que no puede ni emplear la palabra para defenderse.
¿No hay nadie que mande con una patada en el culo a la ministra de igualdad a la calle para que delire con una botella de alcohol en vez de en su despacho firmando sentencias de muerte?.

El aborto es un asesinato en toda regla.
¿El precio de la libertad pasa por la sangre de los inocentes?. ¿Cómo se puede tener la cara dura de decir que se está apoyando y creando ‘nuevos derechos’ cuando se niega el principal que es el ‘derecho a nacer’?. ¿España se mueve a golpe de votos?. ¿Los que detentan el poder del gobierno español puede tornar lo injusto en justo, lo inmoral en moral, lo ilegítimo en legítimo?. Los mismos que están empecinados en quitar los crucifijos en los lugares públicos son los que están forzando a ejecutar una nueva mantanza de inocentes, salvo que ahora no es Herodes el que la manda, sino los que deberían de velar por los más indefensos, que amparándose en mayorías parlamentarias se llenan sus bolsillos con dinero manchado de sangre, tal y como hizo Judas Iscariote con Nuestro Señor Jesucristo. La historia constantemente se repite. Ejecutan a un preso en EEUU y todo el mundo se escandaliza... sale el presidente del gobierno español y sus ministros y ministras apoyando el aborto y pocos levantan su voz. Cada vez estoy más convencido que España se ha convertido en una república bananera. ¿Dónde está el pueblo español?. Yo solo oigo personas que corean los gritos de aquellos que tienen los magnetófonos en sus manos.

La ley natural existe y no se puede borrar del mapa la ley natural simplemente diciendo que es un invento del pasado. Lo que existe, simplemente existe y no se puede eliminar. Antes existía la esclavitud, más la sociedad fue desarrollándose y el cristianismo fue dando pautas de humanización importantes, para que todos fueran igualmente respetados. Ahora ya no existe la esclavitud, ahora existe otra cosa peor, potenciada y regada y bendecida por el gobierno socialista actual: Ha legalizado, aprobado la pena de muerte para los que están destinados a nacer.
Ahora entiendo el color rojo de nuestra bandera nacional: Son los ríos de sangre inocente que riegan nuestra tierra y que pedirán justicia cuando este país reine, de nuevo, la paz
; una paz cimentada en la auténtica justicia y no por los delirios del poder.

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