domingo, 13 de diciembre de 2009

Y después ¿qué?. El síndrome posaborto (SPA)


Pasadas las vacaciones estivales no tardaremos mucho en volver a retomar el debate sobre la reforma de la Ley del Aborto. Uno tiene la sensación de que se banaliza en exceso todo lo concerniente a esta ley. Ya se dijo en números anteriores como se había huido de un debate amplio y profundo sobre el tema, como estaba sesgada la famosa comisión de expertos y como se había impedido la escucha y participación de los científicos del “Manifiesto de Madrid”.

Se les llena la boca a nuestros políticos y a ciertos grupos sociales cuando hablan de la ley como una necesidad para la defensa y libertad de la mujer. Pero y después ¿qué? La sociedad científica, ante la evidencia de una variedad de trastornos, comienza a admitir la existencia de secuelas tras abortos voluntarios. E incluso, en declaraciones recientes de feministas, Paternidad Planificada – que como sabemos es el mayor proveedor de abortos de los EE.UU. – ha confirmado la incidencia del síndrome postraumático tras el aborto; y diversas organizaciones abortistas han confeccionado sus propios programas para responder a esta necesidad real y utilizan ejercicios “bioenergéticos” y de grupo, como los que emplea el movimiento de la Nueva Era.

En 1973 se publicó un artículo en el Journal de la Asociación Médica Nacional de EE.UU. que afirmaba “hay que alertar a los médicos sobre la necesidad de un seguimiento de todas las pacientes que abortan”.

Ya entonces se preveía que se podían presentar secuelas orgánicas o psicopatológicas por la IVE (interrupción voluntaria del embarazo). Fue en el año 1973 cuando Norma Mc Corvey bajo el seudónimo de Jane Roe logró que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, legalizara el aborto, con la ayuda de jóvenes abogados. Treinta años después, es ella misma, la feminista Norma Mc Corvey, quien se ha embarcado de nuevo en una batalla legal para revertir la histórica sentencia del Supremo. Desde hace aproximadamente una década se ha convertido en una activista pro-vida y actúa como protagonista de una ofensiva ahora en contra del aborto. Su
argumento es que las interrupciones voluntarias del embarazo suponen más daños físicos y psicológicos que beneficios para la mujer.

Su querella presentada ante los tribunales federales de Dallas, ha sido avalada por 4.500 páginas en que evidencia estos daños y centenares de testimonios de mujeres que abortaron y ahora lo lamentan.

Uno de los estudios recientes, de agosto del 2000, realizado por un equipo de investigadores dirigidos por la Dra. Brenda Mayor y publicado en la revista Archives of General Psychiatry, señala un total de 500.000 mujeres con SPA entre los 40 millones que se practicaron el aborto en EE.UU. desde 1972.

Consecuencias psicopatológicas más frecuentes que acontecen en la mujer tras un aborto provocado. 1

Todo aborto es un acontecimiento traumático para la mujer y como tal origina una serie de secuelas – psicopatológicas – que se han agrupado en el denominado síndrome post-aborto (SPA)2.

El aborto tiene consecuencias graves en las dimensiones biológica, psicológica y espiritual de la mujer o de toda aquella persona que haya colaborado en un aborto que no está exenta de sufrir el SPA. Hay un proceso de dolor con muchos síntomas, que la mayoría de las veces enmascara un SPA. Entre los síntomas que se dan: baja autoestima, angustia, depresión, ideas de suicidio, aislamiento emocional, evitación de recuerdos, sentimiento de letargo, culpabilidad y vergüenza. Se ve también ira contra todas las personas involucradas, trastornos del sueño (pesadillas, sueños recurrentes). Se pueden iniciar problemas con el alcohol, drogas y fármacos.

Como se sabe, es un cuadro muy discutido, pero cada vez más aceptado por la comunidad científica dada la evidencia de secuelas que produce. Los autores que más han estudiado este SPA son: Speckhard Rue 1992; Ney Wickett 1993; Cassa-dei 1996, que describen una serie de síntomas señalando como más frecuentes:

 Trastornos emocionales o afectivos.
 Los cuadros depresivos.
 Sentimiento grande de culpa.

1 Gómez Lavín, C. Congreso Cáceres “Mujer y realidad del aborto”. marzo 2007
2 Gómez Lavín, C. y Zapata, R.: Categorización diagnóstica del síndrome post-aborto. Actas
Esp. Psiquiatría 2005-(4): 265-272

Desde esta realidad, el COF de Palencia en colaboración con el obispado de la ciudad organizó el pasado mes de julio un seminario sobre “El síndrome postaborto” (SPA). Al curso, que fue impartido por Dña. Emilia Ros Berrueco, psicóloga clínica, asistieron 37 profesionales: médicos, enfermeros, psicólogos, orientadores y terapeutas de familia, sacerdotes y personal relacionado con los Centros de Orientación Familiar, entre ellos dos profesionales del COF de Alcalá. En él se debatió sobre el SPA y se dieron las técnicas adecuadas para su abordaje, que necesariamente pasan por una intervención psicológica (trastornos emocionales y afectivos, síntomas depresivos y ansiosos etc.) y por una sanación espiritual (reconciliación consigo misma, con los demás y con Dios para curar los intensos sentimientos de culpa y remordimiento y satisfacer así los deseos tan grandes de reparación). Desde la experiencia de muchos profesionales se ha comprobado que la sanación pasa necesariamente por abordar el SPA desde esta doble dimensión.

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