lunes, 4 de febrero de 2008

Zapatero y sus colegas... pícaros sastres confeccionando sus conocidas 'cortinas de humo'

Madrid

La polémica por la nota de la Conferencia Episcopal sobre las elecciones generales del 9 de marzo continuó creciendo ayer, al hacerse público que el embajador español ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, trasladó el viernes al Vaticano «la perplejidad y la sorpresa» del Gobierno ante el documento en el que los obispos llaman, sin citarlo, a no votar al PSOE.

Según explicaron fuentes del Ministerio de Exteriores y de la Embajada española en Roma, la queja del Ejecutivo se centra en el párrafo del comunicado referido a la negociación con ETA (véase el texto íntegro de ese punto en la página 44). La gestión de Vázquez ante la Santa Sede fue confirmada por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien expresó en Rute (Córdoba) el deseo del Gobierno de mantener con el Vaticano una buena relación. No obstante, Moratinos se mostró «indignado y perplejo» por los criterios electorales hechos públicos por los obispos. «Quiero expresar mi opinión como católico, no sólo como militante socialista, y quiero expresar mi indignación y perplejidad, porque no creo que ningún católico del siglo XXI lo pueda entender».

Para Moratinos, la Iglesia tiene «una jerarquía integrista, fundamentalista, neoconservadora, que ni siquiera puede representar el sentimiento de la mayoría de los católicos españoles». El Ministro se quejó de que no se puede identificar como católico «con alguien que utiliza políticamente el terrorismo para dividir a todos los demócratas españoles, olvidando que muchos representantes católicos han participado, como en el caso de España o siguen participando como en el caso de Colombia en negociaciones, y digo negociaciones y no conversaciones, para poner fin a la violencia, teniendo como interlocutores a grupos terroristas».

Moratinos cerró sus declaraciones afirmando: «Creía que la división entre Estado e Iglesia era una asignatura ya superada y no entiendo cómo se vuelve a utilizar la política en materia religiosa». Por otra parte, ayer se informó de que el presidente Zapatero afirmó el viernes por la noche en Vigo que «la actitud de los obispos va a abrir el debate sobre la posible revisión de los acuerdos del Gobierno con la Iglesia».

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