jueves, 23 de octubre de 2008

Las series españolas prumueven los contravalores familiares

Belén Ester.- Aída, Hospital Central, Lalola, Física o Química, 700 euros o Escenas de matrimonio son sólo algunos ejemplos de cómo las ficciones españolas (cada una de una productora) apuestan por modelos familiares y sociales rotos o de los que se mofan abiertamente, como si la vida normal de millones de españoles fuese risible.
Mientras las cadenas parecen haberse dado cuenta de que los programas familiares son del gusto del espectador, que responde con un share potente, no parecen pensar lo mismo respecto a las series de televisión. Cuando Identity, Al pie de la letra o ¿Sabes más que un niño de primaria? van afianzándose en las parrillas y renovando temporadas, atrás en el tiempo parecen quedar series como Médico de familia, que a mediados de los 90 instituyó el concepto de serie familiar de factura española. Mucho ha cambiado Globomedia desde entonces, que apuesta por series y sobre todo programas de muy distinta índole, teniendo como buque insignia la serie española más vista en los últimos años: Aída (analizada en varias ocasiones en ALBA).
Con todo, si algo define a las producciones españolas es la poca importancia que se da en ellas a los valores familiares y la propuesta como ‘normal’ de situaciones personales o sociales que de cara a un niño no lo son. Quien se lleva la palma esta temporada es, sin duda, Antena 3, la cadena que se define a sí misma como familiar y que propone este año Lalola, historia de después de comer sobre un travestido; 700 euros, diario secreto de una call girl, donde se presenta la prostitución de lujo y los proxenetas como unos profesionales más; y Física o Química, versión siglo XXI de Compañeros o Un paso adelante (también de la cadena), que propone situaciones adolescentes de lo más dañinas.
El horario de protección infantil (de 9 a 22 horas) no se cumple y los niños de 12 a 14 años no se acuestan antes de las 23 horas, alargándose hasta la 1 de la mañana de 15 a 18 años. ¿Solución? Que las cadenas apuesten por temas familiares. ¿Problema? No es rentable.

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